bolsos divertidos

Siempre se ha dicho de los complementos que tienen la capacidad de cambiar un ‘look’: pueden hacer más fresco, más sofisticado e incluso más divertido un único estilismo. Quien apuesta por el humor en clave ‘fashion’ esta temporada está de suerte con los bolsos, muchas ‘vips’ son fans declaradas de Charlotte Olympia y sus icónicos gatitos, de Olympia Le Tan y sus característicos libros o de Anya Hindmarch y su kiosco de golosinas. No hay que perder de vista la influencia de estas diseñadoras pues incluso otras icónicas marcas como Chanel, Moschino o Fendi también se han apuntado a la fiebre de los ‘funny bags’.

No cabe duda que las buenas relaciones de la diseñadora Charlotte Dellal, hermana mayor de Alice Dellal y amiga de Carlota Casiraghi y de Eugenie Niarchos, la han acercado a la aristocracia europea y a mujeres influyentes de la moda como Taylor Swift o la modelo Jessica Hart. Aunque comenzó haciendo zapatos, en poco tiempo los originales bolsos de su marca Charlotte Olympia se han convertido en objeto de deseo, algunos tienen tanto éxito que se reeditan cada temporada.

Entre sus míticos bolsos están Pandora y Astaire, ambos transparentes y con forma de caja rectangular que se combinan, para llevar en su interior, con carteras de diferentes colores. Pero las colecciones de Charlotte Olympia están llenas de sorpresas: a su gusto por todo lo ‘vintage’ se unen el humor y un toque naif que encuentra inspiración en elementos tan dispares como la fruta, los instrumentos musicales o los animales.

Cuando se trata de vender moda Karl Lagerfeld no pierde ninguna oportunidad, tampoco la de hacer humor con los complementos y concretamente con los bolsos de Chanel. A los ya conocidos botes gigantes de Chanel nº5 que desde 2013 han usado muchas ‘celebs’, entre otras Nicky Hilton, se han sumado el tetrabrik de “Lait de Coco” que lleva Rosie Huntington-Whiteley, de la colección ‘supermarket’ de Chanel, o el decorado con patchwork multicolor de Iggy Azalea. Todo ellos muy divertido aunque sus precios carecen del más mínimo humor.

Desde que el diseñador Jeremy Scott se convirtió en director creativo de Moschino, el humor llegó a la casa italiana en forma de dibujos animados, ‘fast food’, chocolatinas e incluso Barbies. Con este imaginario, la diversión también llegó a los complementos, entre los más famosos, su cartón te patatas fritas de McDonald’s, el bote de pintura que usó Katy Perry en la gala del MET o la ‘biker’ doblada para guardar en la maleta que lleva Gigi Hadid en el regazo.

La colección de bolsos de Moschino para esta temporada está llena de elementos tan divertidos y surrealistas como un radio-casete de los 80, un peto y un pantalón vaquero, unos zapatos de salón o una camiseta con una clara leyenda “esto no es una camiseta de Moschino”.

La diseñadora parisina Olympia Le Tan ha encontrado su gran inspiración en la literatura o, mejor dicho, en las portadas de los libros y los cuentos infantiles. Su mejor campaña de marketing ha venido de la mano de mujeres tan influyentes como la ‘blogger’ Chiara Ferragni que pasea con ‘Mary Poppins’, la modelo Miranda Kerr que se aferra a ‘The last Tycoon’ (la novela inacabada de Scott Fitzgerald) o la omnipresente Kim Kardashian y su ‘A Love Story’, un regalo de bodas de Arthur Kar a quien dio las gracias vía Instagram.

Los diseños de Olympia Le Tan incluyen no sólo portadas de literatura adulta y cuentos infantiles, otras influencias están presentes en su colección trasladadas a los bolsos con un estilo ‘retro-futurista’ como la época escolar con libros de geografía, de aritmética o de vocabulario, o la gastronomía con sus latas de caviar.

La diseñadora británica Anya Hindmarch encuentra inspiración hasta en las obras de la ciudad, la clave de su marca está en unir la creatividad y el humor. Sus lugares favoritos parecen estar en momentos de la infancia trasladando a sus colecciones paquetes de chicles como el ‘clutch’ de Bazooka de Poppy Delevingne, ‘stickers’, chocolatinas o las bolsas interiores de las cajas de cereales.

Entre las piezas de su colección destacan las cajas con mensaje que incluyen desde señales de tráfico a ruidos de la calle, sonidos como ‘oops!’ o ‘woof’ u órdenes como “detén la mirada en mi bolso”, las que recuerdan a las carpetas del colegio llenas de pegatinas, las cajas de chicles con y sin azúcar.

La diseñadora Inés Figaredo, nacida en Madrid pero ‘pacida’ en Asturias, pasó por serias dificultades de salud antes de cambiar su profesión de jurista por la de diseñadora de bolsos. Muchas famosas se han rendido a sus diseños, Macarena García lució con un pie rosa en la alfombra rosa de los Goya y Rossy de Palma se ha convertido en una de sus incondicionales, pero la mayoría de sus puntos de venta están distribuidos por el resto del mundo y pasan por las manos de influyentes mujeres como Rihanna o Leigh Lezark.

Sus colecciones son un trabajo espontáneo que consiste en transformar los objetos cotidianos en bolsos y entre sus bolsos se pueden reconocer caritas, jaulas, manos, teléfonos, pies, ojos, manos, calaveras, tiovivos o ruedas de coches. Cualquier elemento, por surrealista o improbable que parezca, se convierte en un bolso en las manos de Inés Figaredo.

Cuando se habla de Judith Leiber, más que de bolsos hay que hablar de joyas. Esta firma, con más de cincuenta años en el mercado, se caracteriza por la meticulosidad, por la atención al detalle y por la fabricación artesanal. Sus diseños son creativos, sofisticados, divertidos y están hechos a base de cristales, perlas, piedras preciosas y formas muy reconocibles, entre ellas los peces de Blake Lively y de Lily Aldridge o el pavo real en plata de Behati Prinsloo.

Lo último del ‘street style’ es llevar colgado del bolso un llavero de fantasía, los llamados ‘bag bugs’ de Fendi a los que se han apuntado Giovanna Battaglia y toda la troupe de ‘it girls’ que asisten a las semanas de la moda. Son unos divertidos monstruitos de pelo de los que el más famoso es Karlito, la réplica del mismísimo Karl Lagerfeld que cuelga del bolso de Helena Bordon y que ya tiene lista de espera a pesar de su no módico precio.