La muerte de Isabel II ha conmocionado a las monarquías europeas, pero ha sido especialmente sentida en la casa real española. Las dinastías Borbón y Windsor están unidas por vínculos de parentesco, y el rey Felipe VI siempre ha sentido un enorme afecto por la fallecida monarca, a la que llamaba cariñosamente “tía Lilibeth”. La tristeza por su muerte se ha hecho notar en sus condolencias públicas de los últimos días.
Los vínculos familiares del rey Felipe con la monarquía británica vienen por partida doble: tanto a través de don Juan Carlos como de doña Sofía. Por la parte paterna, la consanguinidad llega a través de Victoria Eugenia -abuela de Felipe y madre de Juan Carlos-, que era nieta de la reina Victoria, que a su vez también era la tatarabuela de Isabel II.
El parentesco por parte de doña Sofía llega a través del padre de la reina emérita, Pablo I. El que habría sido rey de Grecia era primo hermano del abuelo de Felipe de Edimburgo, Jorge I. Por tanto, el marido de Isabel II era nada menos que tío segundo de doña Sofía.
Los vínculos de cariño y aprecio entre las dos dinastías han sido, nunca mejor dicho, reales. Estos últimos día, el rey Felipe VI vestía con una corbata negra en señal de duelo, un gesto que precedió a múltiples muestras de aprecio por Isabel II: envió un telegrama al nuevo rey de los británicos señalando que “la vamos a extrañar mucho” y en un acto institucional en Sevilla solicitó que los emblemas ondeasen a media asta.
“No es fácil en estos momentos trasladar completa o fielmente nuestro sentimiento profundo, tanto personal y familiar como institucional, de pérdida ante su ausencia y de inmenso respeto por su figura y trayectoria de siete décadas de reinado, declaró el Rey en su discurso.
El año pasado, tras el fallecimiento del marido de Isabel II, el monarca también dejó patente su estrecho vínculo con los Windsor cuando desde casa real enviaron un mensaje lleno de cercanía a la reina: “Querida tía Lilibet, hemos sentido una profunda tristeza al recibir la noticia del fallecimiento de nuestro querido tío Felipe”, escribieron entonces Felipe y Letizia que añadieron que “nunca olvidaremos las ocasiones que pudimos compartir con él”.
En el año 2018, durante un encuentro entre Isabel II y un mandatario australiano, la prensa se percató de que la soberana tenía en una de las mesitas de su despacho una fotografía de la familia real española: un posado de Felipe y Letizia con sus dos hijas en Marivent.
Las recepciones que Felipe y Letizia han mantenido a lo largo de los años con Isabel II también han servido de reflejo de los nexos entre ambas dinastías. Los reyes de España tuvieron encuentros oficiales con la soberana británica en 2017 y 2019. En ambas ocasiones fueron muy comentadas las muestras de cariño que los monarcas se profesaron entre ellos: doña Letizia se mostró muy habladora y atenta con Isabel II, a quien ayudó a bajar las escalinatas. Por su parte, Felipe VI no dudó en abrazar y besar a la llorada soberana.
Letizia también ha protagonizado encuentros en solitario con los parientes británicos de su marido. En 2019 viajó a Londres para inaugurar una exposición del pintor Joaquín Sorolla en la National Gallery junto al hoy rey Carlos de Inglaterra. El entonces príncipe de Gales se mostró completamente rendido ante la Letizia. Este mismo año Letizia y Carlos se encontraron en otro acto oficial en el que el nuevo monarca se mostró nuevamente muy afectuoso.
Ya se ha confirmado que los reyes de España viajarán este lunes a Londres para acudir al solemne funeral de la reina junto a otros jefes de estado. Don Felipe y doña Letizia ya estuvieron presentes el pasado mes de marzo en la ceremonia de tributo por el duque de Edimburgo. En aquella ocasión, Letizia lució, como la propia reina Isabel, Camilla o la Princesa Ana, un conjunto en verde botella, el color que representaba al fallecido.