El récord que Ruth Lorenzo pretendía batir no era nada sencillo, pero la fuerza de la artista y el caluroso recibimiento que encontraba en cada uno de los lugares donde ha cantado han facilitado, y mucho, el reto. La emoción y el calor de todos aquellos que, al igual que ella, luchan por la causa han convertido estas doce horas en algo memorable.