Inés Gutiérrez 29 MAY 2025 - 06:00h.

A pesar de que hace tiempo que se conoce a Marta López Álamo, más por su relación con Kiko Matamoros que por su cada vez más sólida carrera como modelo e influencer, no se sabe tanto de su vida familiar más allá de su matrimonio. Se suele hablar sobre la relación que mantiene con los hijos de su pareja y cómo esta ha ido cambiando a lo largo del tiempo, también sobre la tensión que existe entre ella y Makoke, exmujer de Kiko. 

De ella ha asegurado que prefiere no hablar, porque tendría demasiado para contar. “Valgo más por lo que callo”, decía en una de sus últimas intervenciones, ante los micrófonos de Europa Press. A ellos también les negaba los rumores de crisis en su pareja, “no hay ninguna crisis, de hecho estoy superfeliz con él”. Es su vida al lado de Kiko la que más páginas llena en las revistas del corazón, menos habitual es que se hable de su propia familia, por ejemplo su hermana Rosa es una desconocida para la mayoría. 

Rosa, la desconocida hermana de Marta López Álamo 

La pasión por las redes sociales es algo que comparten las hermanas López Álamo, entre otras muchas cosas, porque además de guardar un gran parecido físico, parece que ambas han encontrado en el deporte y la alimentación una buena forma de conectar con sus seguidores. A Marta esto le ha costado algunos disgustos, pero parece que Rosa (por suerte) no ha tenido que lidiar con la misma cantidad de odio que su hermana, claro, que cuenta con poco más de la mitad de seguidores en Instagram, aunque cuenta con casi 280.000 seguidores, que no está nada mal. 

Rosa es una verdadera apasionada del deporte, tanto que lo ha convertido en su profesión, ofreciendo asesoramiento en entrenamientos y nutrición con planes personalizados que se pueden conseguir a través de su plataforma online. Además, compagina esta labor con la gestión de una empresa dedicada al alquiler de embarcaciones, coches y villas, una empresa de la que es propietario su marido, con quien vive a caballo entre Ibiza, donde la empresa alquila estos artículos, y Dubai, donde parecen haber encajado estupendamente. 

Comenzó en el gimnasio con solo 14 años y se apuntó para acompañar a su hermana, que en ese momento padecía un TCA (Trastornos de Conducta Alimentaria). Tanto le agradó el ambiente y lo que el ejercicio lo hacía sentir que apostó por ello de una manera un poco más profesional, llegando a participar en competiciones de culturismo. Aunque fue campeona de España y ha logrado el top 3 y el top 5 en el Arnold Classic, dejó la competición en 2018, pero no el ejercicio. 

A través de sus redes sociales, Rosa comparte sus logros deportivos con sus seguidores, así como sus nuevas metas y objetivos, aunque también algunas recetas, en las que suele invitar a participar a su marido, dejando claro que sienten tanta pasión por el deporte y la alimentación, como complicidad existe entre ellos dos.