Palabra de experta: 5 cosas a tener en cuenta antes de mandar a tu hijo de campamento

Palabra de experta: 5 cosas a tener en cuenta antes de mandar a tu hijo de campamento
Fotograma de 'Moonrise Kingdom', de Wes Anderson
divinity.es
  • Chequear si el niño (y los padres) están preparados

  • O cómo saber qué tipo de campamento le conviene

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Los días de colegio tienen los minutos contados. Tres meses de vacaciones por delante ponen los dientes largos a los padres e impacientan a los niños. Toca buscar actividades con las que emplear el tiempo y los campamentos de veranos, en sus múltiples versiones, son la opción predilecta. ¿Qué debes tener en cuenta antes de enviar a tus retoños a uno de ellos?

1. Preguntarle si quiere ir: ¿sí o no?

“La decisión de ir al campamento debe ser tomada por los padres, teniendo en cuenta muchos factores”, explica a divinity.es Ana Herrero, psicóloga y coordinadora del departamento de Orientación del grupo Brains International Schools. Desde lo práctico: “Poder conciliar la vida laboral de los padres con las vacaciones de los niños”, a los educativos: “Que ofrezcan nuevas experiencias de aprendizaje que les ayude a crecer en autonomía, en habilidades sociales, en recursos personales para adaptarse a nuevas situaciones o a desarrollar sus destrezas”, cuenta la experta. Pero, claro, también hay que tener en cuenta al niño: “Esta decisión no puede tomarse sin tener en cuenta sus características personales, sus experiencias previas y sus gustos”.

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2. Chequear si el niño está preparado

“Habrá que valorar el momento evolutivo del niño, su nivel de autonomía, madurez, necesidades y experiencias anteriores”. Esto, a su vez, condicionará la elección del tipo campamento, si es urbano o lejos de casa con pernocta”.

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3. Chequear si los padres también lo están (sí, va en serio)

Otro factor muy importante a tener en cuenta, según señala Ana Herrero, es que los padres confíen en las personas y en el proyecto que ofrece ese campamento. “Es conveniente asistir a las reuniones informativas para conocer no solo aspectos prácticos u organizativos, sino también para conocer a las personas que van a ser responsables de su hijo, pudiendo comunicar cualquier aspecto importante que pueda afectar a su adaptación o a su bienestar”.

4. Tipos de campamentos y edades

“Conviene que el tipo de campamento responda a los intereses del niño y que, además, le ofrezca oportunidades de desarrollar nuevas habilidades y competencias (artísticas, deportivas, de conocimiento de la naturaleza, de superación, de comunicación e idiomas…)”, señala la psicóloga.

Más que de la edad del niño, la decisión y su adaptación deben depender del tipo de campamento y de si coincide con sus intereses y su nivel de autonomía. “Para los más pequeños son ideales los campamentos urbanos, además de ser una buena preparación para el momento en que den el salto a pasar una o dos semanas fuera de casa. Hay niños que están preparados para este salto a los 7 u 8 años, pero para otros será necesario esperar un poco más. Ir acompañados por algún hermano o amigo y que el tema del campamento conecte con sus intereses, favorece que esta primera experiencia fuera de casa sea positiva”.

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5. La importancia de la motivación previa

La experta señala la necesidad de involucrar al niño en la preparación para ir al campamento. “Motivarle y hablarle de las cosas divertidas que va a encontrar. Si aparecen resistencias, es bueno hablar de sus miedos. Por ejemplo, no hacer amigos, estar triste y echarnos de menos o tener que hacer cosas difíciles que no va a saber. Tenemos que ser positivos y confiar en que va a poder superarlo y encontrar soluciones, que va a aprender mucho de esta experiencia y se va a sentir muy orgulloso de sus logros”, apunta Herrero.

6. ¿Campamento de actividades que ya practica o algo totalmente nuevo?

La eterna duda. Que vaya a seguir practicando eso que ya hace durante el año o que pruebe con algo completamente diferente que le abra a nuevas posibilidad. La psicóloga lo tiene claro: “Los campamentos temáticos son ideales para los niños con una motivación previa alta sobre esa actividad (naturaleza, deporte, artes, robótica), lo que les va a permitir desarrollar y mejorar en sus destrezas. Cuando los padres se inclinan por otras opciones, nuevas, van a correr el mismo riesgo que cuando les apuntamos a cualquier actividad extraescolar. Es una oportunidad, un regalo que les hacemos para que exploren otras áreas de conocimiento o de expresión. A algunos niños les enganchará la experiencia, a otros no, pero en cualquiera de los casos, seguro que les sirve para aprender, aunque sea a conocerse mejor, además de entrenar otras habilidades como la autonomía o las habilidades sociales”, explica.

7. Ojo, ¿y si mi hijo es introvertido?

En el caso de niños muy tímidos o introvertidos, la idea de relacionarse con personas que no conocen y en nuevos entornos seguramente no es atractiva ni motivadora. Si se decide (o es necesario) que vaya a un campamento, hay que elegirlo con mucho cuidado. Este tipo de niños se sienten más cómodos en actividades en un grupo pequeño, o desarrollando actividades en las que se sienten más competentes y seguros. Contar con la compañía de un hermano o algún amigo o conocido puede ser un buen apoyo al principio. En cualquier caso, no conviene forzar y se puede optar por fórmulas más adaptables como talleres temáticos o campamentos urbanos, sin pernocta fuera de casa, como una primera experiencia.