Mery Perelló se encontraba en la semana 31 de embarazo cuando tuvo que ser ingresada en una clínica privada de Palma. La mujer de Rafa Nadal debía someterse a una intervención por recomendación de los médicos, pero ellos mismos tomaron la decisión de mantenerla en observación para "evitar complicaciones". Debido a su avanzado estado de gestación, la mujer del deportista debe guardar "absoluto reposo" y es por eso que han preferido que se quede en el hospital unas semanas más y no vuelva a la casa que la pareja tiene en Porto Cristo. Según adelantaba hace unos días la periodista Vanesa Sánchez, la situación no es alarmante y está muy controlada, pero los médicos quieren que el bebé siga cogiendo peso antes de correr cualquier tipo de riesgo. Además, los futuros padres tendrían ya "asumido" que la gestación no llegará a término y que el niño será prematuro.
Rafa Nadal ha estado estas últimas semanas en Estados Unidos con motivo de su participación en el Open. El deportista aseguró hace unos días que todo "estaba bien", pero tras su eliminación de la competición tras perder contra Frances Tiafoe en los octavos de final del Abierto, ha dado unas nuevas declaraciones sobre su situación personal. El tenista ha pedido perdón por no haber estado al máximo nivel y considera que ha llegado el momento de volver a casa y estar cerca de su familia. "Necesito volver (a casa). Tengo cosas mucho más importantes que el tenis que atender. No sé cuando voy a volver. Voy a intentar estar listo mentalmente. Cuando sienta que estoy listo para competir de nuevo, ahí estaré", ha dicho en la última comparecencia que ha ofrecido a los medios antes de regresar a España.
Rafa ha dicho que tomará "las decisiones adecuadas" en base a como avancen las cosas en su vida personal. "Tenía que hacer un esfuerzo aquí, y lo hice. No ha salido como me habría gustado. Es momento de resetear. Han sido unos meses difíciles. Toca empezar de nuevo, profesionalmente hablando. Ahora es el momento de tener el primer hijo y confiar en que todo salga bien", ha admitido.
Estas declaraciones son totalmente contrarias a las que concedió poco después de que se conociese que iban a ser padres de su primer hijo en común. La pareja, que siempre se ha mantenido muy discreta con su vida privada, no quiso confirmar públicamente la noticia de su embarazo hasta tiempo después. En una charla con los medios de comunicación, el deportista confirmaba la noticia. "Sí, voy a ser padre pero no acostumbro hablar de mi vida personal. El motivo es muy simple, y es que ya estoy suficientemente expuesto en mi vida profesional. Por tranquilidad y por la forma en que yo y las personas que conviven conmigo entendemos la vida, siempre desde un perfil (público) bajo", dijo en aquel momento.
Además, Nadal confesó que no sabía cómo podría afectarle ser padre: "Carezco de experiencia en ello, aunque no tengo previsto que ello suponga ningún cambio en mi vida profesional". Ahora, tras el resultado de su última competición y el delicado momento de salud que atraviesa su mujer, el tenista ha decidido centrarse en su vida privada y esperar a estar "listo mentalmente" para volver a las pistas de juego.