La baronesa Thyssen se sincera sobre su complicada relación con su hijo Borja: "He sufrido mucho" 

Su relación con su hijo Borja siempre ha sido 'el tema'. Al menos desde que se produjo una fractura insalvable entre ambos cuando éste tenía 19 años. Hasta entonces, cada entrevista que concedía Tita Cervera implicaba hablar o de sus amores (sus matrimonios con Lex Barker, Espartaco Santoni, Manuel Segura o el barón Thyssen daban para charlar largo y tendido) o de su papel en la industria del arte, esa que la ha convertido en una de las mujeres más ricas de nuestro país. Sin embargo, en cuanto supimos de su conflicto familiar, el resto se vio eclipsado.

Los asiduos a la prensa del corazón habrán sido testigos de los dimes y diretes entre madre e hijo. Aquí te hacemos una breve cronología de lo que sucedió (y ha ido sucediendo) para que su distancia se fuese complicando cada vez más. Y uno de los personajes clave en este entramado fue, sin duda, Blanca Cuesta. La mujer de Borja Thyssen fue, durante años, la archienemiga pública de la baronesa. Y, aunque en estos últimos años parecían haber tenido un acercamiento por el bien de la empresa familiar, sus últimas declaraciones en 'Viajando con Chester' parecen confirmar que la tensión persiste.

Tita Cervera, Borja Thyssen y Blanca Cuesta: un distanciamiento sin final feliz

Así se lo ha hecho saber a Risto Mejide en una entrevista en la que ha alegado que su hijo y ella no tienen el vínculo que desearía "porque las personas que están a su lado tienen otra mentalidad". Aunque no pone nombres y apellidos, lo que sí deja claro es que esas 'personas' "no son ni como era Borja ni como soy yo". Para ser algo más concreta, Tita fecha el momento en el que su primogénito "cambió de vida" al momento exacto en el que inició su noviazgo con Blanca Cuesta. Hasta entonces, según ha narrado, no se soltaban "ni un minuto".

"Él estaba muy pegado a mí y a mi madre, a la que adoraba. También a mi marido. Heinrich me decía siempre: 'Es que el único chico con el que he vivido es con Borja'. Con el resto de mis hijos no he convivido. Le quería mucho, se reían de lo mismo, hacían bromas juntos. Pero las personas crecen y cambian. Cuando tuve a mi hijo fue la época más feliz de mi vida", ha declarado en el programa de Cuatro. El mismo en el que, a pesar de reivindicarse como una "madre herida", se ha mostrado "optimista" a que su relación deje de ser buena de cara a la galería para poder recuperar el trato en la intimidad.

"Prefiero no perderlo. Todas las madres somos así con nuestros hijos. No podemos evitarlo. Es normal que cada uno elija su camino en la vida. No puedes tener a nadie encerrado en una torre. Lo he echado muchísimo de menos y lo sigo echando de menos. Me hubiera gustado verle mucho más a menudo, como le veo desde que nació", ha expresado con los ojos vidriosos, augurando que en un futuro, quién sabe, las cosas tomen un camino que, en palabras suyas, ha "intentado favorecer mil veces" aunque esto no haya "surtido efecto".