{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
Hay que ver lo rápido que nos acostumbramos a una contienda vip. Ya desde tiempos inmemoriales hemos sido partícipes de cómo los famosos generaban sus propios conflictos bélicos para placer de los curiosos. Primero los contaban a golpe de portada. Ahora las batallas se libran en Instagram. Y casi siempre terminaban en demanda. Pero de tanto menearse en el fango hay veces que se nos olvida qué o quién encendió la mecha. 2020 ha dado para mucho, eso nadie se atreve a dudarlo, y en lo que atañe al papel couché ha provocado el fin de una guerra fría entre dos musas del corazón: Elena Tablada y Rosanna Zanetti, pasado y presente de David Bisbal.
En abril de 2016 fue la primera vez que escuchamos el nombre de esta modelo venezolana con la que el artista acaba de convertirse en padre por tercera vez (la segunda para ella). Hacía ya seis años desde que él se estrenó en esto de la paternidad junto a Elena Tablada, con la que tuvo a Ella. Un año después se dieron cuenta de que la cosa no funcionaba y se produjo la separación. Fue una ruptura con mucha rumorología, por supuesto, pero el tiempo les permitió armonizar su relación por el bien de la menor que tienen en común.
De vez en cuando caía alguna pildorita. "Si no fuese el padre de mi hija no sé qué diría de él", ha comentado en alguna ocasión la diseñadora cubana. Pero como el destino les unió con una niña, siempre han tratado de llevar una relación que en su día llegaron a calificar de "ejemplar" más allá de los evidentes "altibajos". De cara a la prensa todo era buen rollo y palabras de cariño mutuo, pero a los asiduos a su historia se nos calló la venda cuando una simple foto provocó que todo saltara por los aires.
Esta publicación compartida en el Instagram de Rosanna rezumaba todo menos polémica. La pequeña Ella posaba con la ya mujer de su padre en la Feria de Almería vestida de flamenca. Planazo en familia. Los seguidores de Zanetti comentaban lo feliz que se veía a la criatura. Todos salvo uno que venía desde el perfil de la marca de ropa de Elena Tablada, algo que, como es normal, hizo que muchos diesen por hecho que era su creadora quien estaba detrás de esa cuenta.
"¿Ella te ha pedido que le hagas el vestido con el mismo estampado tuyo desde hace tres años? ¿Ella también te pidió que subieras la foto con ella? Ella es una niña feliz siempre", planteaba la cuenta de @etnabyelenatablada haciendo referencia a los usuarios que aseguraban que ir vestida igual que la niña era una "provocación" hacia la madre. Horas más tarde fue Rosanna la que entró en faena. Y se formó la mundial.
"No tendría por qué responder, pero lo hago para que no se malinterprete ni se especule. En mi teléfono NO tengo mensajes de este tipo por parte de ninguno de sus padres. No sé quién maneja esta cuenta, pero quien conoce a la chiquitica sabe que siempre pide y quiere lo de las mayores". La alerta era máxima. Los medios comenzaron a hacerse eco de esta guerra. Y Elena Tablada reculó. Aseguró que ella no estaba detrás de esa acusación, que había sido "un error de su community manager", pero sí se encargó de desmentir un punto clave en el discurso de Zanetti.
Según le contó semanas después a Toñi Moreno en 'Viva la vida', Elena ya le había pedido anteriormente que no subiera fotos de Ella a su Instagram. "Las redes son públicas, hay muchos virus que se crean un perfil y que cada vez que sube una foto con la niña dicen: 'ay, qué bien, se le ve mucho más feliz que con la mamá'. Esas cosas son muy feas, esas cosas no se deberían hacer", se justificó. Lo que jamás esperó es que, como colofón final, el que entraría en juego sería David Bisbal.
Esa foto sin importancia que Rosanna Zanetti había titulado con un "vamos pa' la feria" fue el inicio de una batalla judicial en la que, de la cordialidad, Elena y su ex pasaron a hablar por burofax. Demandas, firmes exigencias por parte del artista, comunicados firmados por sus abogados... Esta anécdota pasó a ser una lucha encarnizada por proteger la privacidad de Ella Bisbal hasta que un juez llegó a declarar que no se podría mostrar el rostro de la menor en un perfil público.
La situación pasó a ser "insostenible". Pero el tiempo, el hecho de que ambos volviesen a convertirse en padres por su lado, les ablandó y lograron recuperar esa cordialidad hasta hoy, que una nueva publicación de Rosanna ha reabierto la caja de los truenos. Se trata de esta foto tomada días antes de dar a luz a Bianca, su segunda hija con Bisbal, donde promociona varios artículos para bebés mientras cuenta los días para volver a ser madre.
El hecho de 'utilizar' la maternidad como forma de promoción en redes chirrió a varios de sus seguidores. Les recordaba precisamente a ese momento en el que a Elena se la puso en duda como madre por 'exponer' a Ella en su Instagram. Y tampoco se callaron. "Vaya, vaya. Luego dice que no le gusta comercializar con los niños. Ojo que yo lo veo lo más natural del mundo, pero entonces por qué criticar a Elena si ella también lo hace con biberones o ropita de bebé", planteaba un usuario desde el anonimato. La venezolana ya está curtida en comentarios de haters. Pero la guerra se reabrió (una vez más) cuando se dio cuenta de que entre los likes al comentario estaba el de Tablada.
"Yo no estoy comercializando con niños ni critico a quien lo hace. En mi publicación no hay ningún niño, ni se mencionan. Estoy utilizando mi imagen, no confundas. No sé si hiciste el comentario con mala intención o no, pero tu manera de redactar es contradictoria. Lo que si me parece malintencionado es que justo la persona que mencionas en tu comentario (mencionas su nombre, más no su cuenta) no me sigue y viene a stalkear/cotillear y darle like a tu comentario. Es muy raro", apuntaba, dejando en evidencia la presencia de la ex de Bisbal en su perfil. Y como chimpún final, un zasca: "Espero que luego ni digan que fue otro error del community manager".