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Después de una larga espera, el pasado 21 de abril daba pistoletazo de salida ‘Supervivientes’. 16 nuevos concursantes que, dirigidos por Jorge Javier Vázquez y Lara Álvarez, lucharán desde Honduras por relevar a Olga Moreno, alzarse con el deseado premio y probar que están preparados para la convivencia con personas desconocidas en unas condiciones extremas. Mientras que los protagonistas lucharan semana a semana por permanecer en los Cayos Cochinos, en nuestro país también tendrán sus férreos defensores.
Una de las estrellas de esta edición es Charo Vega. Desconocida para la audiencia más joven, la robinsona más veterana de la edición es un personaje de primer nivel que ha vivido en persona los hitos más importantes del mundo del corazón en los últimos años.
Nieta de la bailaora Pastora Imperio y tía de Pastora Vega, conoce de buena mano los secretos mejor guardados de los personajes más relevantes de la crónica social. Y lo mejor de todo: no tiene problema en contarlos.
Aún es pronto para saber cómo de difícil se lo pondrá a su nieto Manuel, fruto del primer matrimonio de su hija, que defenderá a su abuela a capa y espada en los platós de Mediaset.
Lo que está claro es que esta revelación queer de 18 años, estudiante de traducción en la Universidad Pablo de Olavide, carrera a la que se ha metido “para ligar con guiris tranquilamente” según su biografía de Instagram, ha conseguido meterse en el bolsillo a la audiencia con su gracia y desparpajo.
Véase como ejemplo, el pasado jueves, justo antes de que comenzara la prueba de apnea, Manuel tenía claro que su abuela no iba a ser líder: “Ella no va a ganar la apnea, os lo digo ya, porque fuma como un carretero", lograba con su naturalidad la carcajada y el aplauso del plató al pronosticar que duraría debajo del agua lo mismo que su paso por Honduras, unos "tres segundos".
Charo compartió noches de desenfreno con Carmina Ordóñez y Mila Ximénez en Marbella. Como las tres han reconocido en varios momentos de sus vidas, bailaban hasta el amanecer y tomaban sin control. Como les pasó tanto a las dos primeras, los excesos le hicieron pagar un precio muy alto y tuvo que pasar por un centro de desintoxicación hace diez años.
"Para rehabilitarme de las drogas sufrí una depresión. Maldito fuese el día que probé droga por primera vez. Es entonces cuando empece a beber. Perdí muchos años, ahora quiero recuperarlos junto a mi hija y mis nietos”, no está dispuesta a cometer los mismos errores Vega, que se distanció de su familia por las sustancias. "Fue muy duro, porque la veíamos consumiéndose. Ella misma se apartaba, porque era consciente de que no era lógica la vida que estaba llevando", comentaba reciéntemente su hija Triana en Sálvame.