Oya nunca imaginó que el regreso al vecindario donde pasó su infancia cambiaría tanto su vida. Después de 20 años, retomó la relación con las amigas que le arruinaron la vida y los fantasmas del pasado regresaron. Fue entonces cuando empezó a urdir su particular venganza. Sin embargo, algo inesperado ocurre. Algo que podría convertirse en la mejor de las venganzas: su acercamiento al marido de Merve.