Luto internacional en la familia '¡Hola!'

divinity.es 14/07/2010 20:43

Las más de 90 cabeceras de ¡Hola! en todo el mundo están de luto. De Brasil a Tailancia, pasando por México o Inglaterra ('Hello!'), todas han colocado un crespón negro en sus redacciones al conocer el fallecimiento de su patriarca, Eduardo Sánchez Junco (Palencia,1943), desaparecido este miércoles a los 67 años a causa de un cáncer.

El propietario y director de la histórica cabecera, que se ha convertido en una de las marcas españolas más conocidas fuera de nuestras fronteras junto con Zara y Real Madrid, deja huérfana una estirpe pionera en el periodismo.

Antonio Sánchez y Mercedes Junco (actualmente presidenta de honor), sus padres, crearon en 1944 la más familiar de las empresas familiares. Maqueta a maqueta, el matrimonio supo dar con la receta mágica para conquistar al nuevo lector. La filosofía era clara: abordar temas de interés humano sin hacer periodismo de opinión.

Poco a poco, y tras agotar los 14.000 ejemplares de su primer número, el pequeño Eduardo fue aprendiendo entre bastidores a mostrar glamour y guardar secretos incómodos, un equilibrio que ha hecho leales desde que recogió el testigo en 1984 a personajes como Isabel Preysler, Letizia Ortiz, Rania de Jordania o la desaparecida Lady Di (a quien le perdonaron un incómodo top-less).

Este modo de enfocar la noticia couché la han heredado sus tres hijos y, probablemente, sus trece nietos: Eduardo junior se ocupa del 'Hello!' inglés y desde hoy sustituye a su padre en la española, Mamen de la edición mexicana y Cheleles, ingeniero agrícola como su progenitor, de 'Hola Cocina', 'Hola Decoración' y 'Hola Viajes'.

Quizás haya ayudado el hecho de que todos ellos vivan en el mismo edificio de la madrileña calle Miguel Ángel, donde también se integra la redacción española de la revista. No es difícil pues que en los ascensores coincidan personajes, familiares, profesionales y niñeras. Precisamente es en su vivienda donde el cuerpo está siendo velado en la más estricta intimidad por su madre, su viuda Mamen Pérez Villota y sus tres hijos.

Se prevé que sus restos mortales sean trasladados próximamente a la finca que la familia posee en la localidad burgalesa de Retortillo, donde se ha construido un mausoleo rodeado de naturaleza, una de sus grandes pasiones junto con el tenis y la fotografía.

En un obituario publicado hoy en la edición digital de '¡Hola!', los que le conocieron de cerca le definen como "un ejemplo de sencillez y discreción" y aseguran que, aunque haya dicho adiós, Eduardo "seguirá para siempre entre nosotros guiándonos desde el cielo" y trabajando "codo con codo" para "mantener vivo el '¡Hola!'".