Bodas de pesadilla

CARLOS OTERO 01/05/2011 13:20

El enlace de Kate y William ha resultado el broche de oro de un cuento de hadas. La elegancia, la majestuosidad y el glamour ha sido un referente tanto en los novios, los familiares, los invitados de la aristocracia, los plebeyos… Una lección magistral de protocolo y saber estar. Sin embargo, el mundo del corazón y la alta sociedad no siempre resulta tan brillante en lo que a eventos nupciales se refiere. Repasa con nosotros las bodas más horteras, casquivanas y lamentables del imaginario colectivo.

La primogénita de Rocío Jurado y Antonio Carrasco se casó en una de las bodas más bizarras y extremas que se recuerdan. El sueño de toda drag queen: pelucón, uñas postizas, lentillas de colores, calesa con caballos, vestido barroco… La novia, que tenía tan sólo 19 años por aquel entonces, pero parecía mucho más mayor. No nos extraña que ahora, con la serenidad que da la madurez, quiera casarse con Fidel… para así deshacer el entuerto. Los novios se juraron amor eterno pero acabaron echándose los trastos a la cabeza... normal, una boda así es el origen de cualquier divorcio.

El bailaor también pasará a la historia nupcial por su exceso a la hora de darse el 'sí quiero'. Su desposo con su todavía esposa, Rosario, resultó especialmente impactante para la retina de la opinión pública tanto por los estilismos de los novios... y de los invitados. Rosario llegó al altar debajo de un estruendoso vestido de novia. Apenas se la distinguía debajo de los kilos de gemas del joyerío, incluida una monumental corona, que ni la de la Reina de Inglaterra. Pero Farruquito no se quedó corto, se casó vestido también de blanco impoluto con un traje que resultaría hortera hasta a José Luis Rodríguez, ‘El Puma’ en plenos años 80.

La princesa y la doncella del pop, Britney Spears y Christina Aguilera, respectivamente, también coinciden en esta ocasión por su escaso gusto a la hora de casarse. Lejos de ser unas novias sobrias, elegantes, y clásicas ambas cantantes optaron por el exceso, la ordinariez y el oropel. Britney acudió a su banquete de novia con un vestido de encaje blanco totalmente inapropiado que la hacía parecer camarera de una whiskería. Christina, por su parte, pensó que 'más es más' y parecía una mezcla entre una princesa barroca y una folclórica en el Rocío. Lógicamente, hoy día los esposos no quieren saber de sus mujeres ni viceversa.

Como si fueran protagonistas del reality de Cuatro “Perdidos en la Tribu”, Lauren Postigo y Yolanda Mora se casaron por le rito zulú en lo más profundo de la sabana africana. El desaparecido artista y la joven actriz acometieron de esta manera uno de los enlaces más bizarros y tremendos que se recuerda en la historia de la prensa rosa española. Toda una generación de españoles sigue traumatizada por las imágenes de tan ancestral bodorrio. Eso sí nos acercaron las costumbres y formas de las culturas más arraigadas del continente negro en un ejemplo de docencia sin precedentes.

El tema de los invitados es un tema aparte.

En 1998 las calles de Sevilla se engalanaron para festejar la boda entre Fran Rivera y Eugenia Martínez de Irujo. La casta de toreros más importante del país entroncaba así con la aristocracia más pura del reino. Entre los invitados: marqueses, duques, toreros, actrices… ¡y la princesa del pueblo Belén Esteban! La enemiga íntima de nuestra videobloguera Carmen Lomana acudió al enlace con un conjunto como de hipermercado con descuento y una mantilla que más vale olvidar… Ahora no es que esté más refinada, pero por lo menos sus atuendos resultan menos casposos.

La que había sido un mito sensual durante décadas, la primera actriz española en triunfar en Hollywood, el icono del cigarro habano, la reina del cuplé… Se casó en una boda de lo más tremebunda reconvertida en un travesti centenario con un fan cubano. Al cabo de los años se arrepentiría de este enlace pero el daño al imaginario colectivo español ya estaba hecho.