Cuando una mujer es una estrella, pasear por la semana de la moda de París tiene cuatro objetivos: el primero y evidente es elegir un vestuario con el que deslumbrar a quienes la admiran y, aún más, a quienes la detestan, en esas apariciones estelares que el resto del mundo esperamos con anhelo; el segundo es que las otras asistentes, generalmente otras famosas y ricas mujeres que se pueden permitir los astronómicos precios de las piezas de alta costura, se pongan verdes de envidia al ver el vestidazo que la estrella en cuestión lleva para presenciar el desfile; el tercero, ejercer de reclamo para la casa de moda en cuestión que se asegura una página en todos los medios, a veces incluso por contrato pues son imagen de la marca; y el cuarto, adular al diseñador acudiendo al show con un modelo de alta costura de sus anteriores colecciones.
Cualquiera de estos cuatro podría ser uno de los motivos que ha movido a las jóvenes actrices Diane Kruger y Clemence Poesy o la modelo Laura Bailey a la primera fila del desfile de alta costura de Chanel celebrado en los jardines del Gran Palais, donde, por supuesto, posaron con bolsos de Chanel.
Las hay que tienen sobrada experiencia en estas lides y que, además, tienen un armario que abarca de la A (de Alexis Mabille) a la Z (de Zuhair Murad) de la alta costura.
Salma Hayek es una de ellas. La actriz está casada con François-Henri Pinault, el actual presidente de un conglomerado de marcas de lujo que abarca, entre otras muchas, a Gucci, Balenciaga e Yves Saint Laurent (hoy renombrada Saint Laurent).
Estuvo en el desfile de hombre de Saint Laurent para el otoño/invierno 2013-2014, por supuesto, vestida de Saint Laurent, acompañada de su marido y presumiendo de amistad con la primera dama de Francia, Valerie Trierweiler.
Se ha dejado ver también en algún desfile de alta costura, concretamente en el de Giambattista Valli, quien parece que se está convirtiendo en favorito de celebrities, con un escotado vestido rojo de la colección pret a porter que presentó el diseñador para el otoño/invierno 2012-2013.
Otra morena con curvas que utiliza la misma táctica es Dita von Teese. Actriz, bailarina de burlesque y ocasional modelo, es una asidua de las pasarelas, la hemos visto incluso desfilando en alguna ocasión para Jean Paul Gaultier y ha sido novia del duque Louis Marie de Castelbajac, hijo del diseñador Jean Charles de Castelbajac. Todo indica que se mueve bien en este terreno. La pudimos ver impecablemente vestida y con enjoyados zapatos de Christian Louboutin en el desfile de Alexis Mabille.
Estuvo también en el desfile de Elie Saab y aquí sí, con un sugerente vestido de alta costura del diseñador, en negro intenso, de gran escote y plagado de piedras y transparente encaje.
Pero parece que hay algo más con Elie Saab ya que Dita repitió diseñador en la Fashion Dinner Aids Benefit , una de las más fashion y multitudinaria de todas las fiestas, celebrada en el Pavillon d’Armenonville para recaudar fondos para la lucha contra el SIDA que, tras los desfiles de alta costura, se celebró el pasado día 24 de enero. Apareció radiante, de rojo, con un vestido de alta costura del diseñador de la temporada otoño/invierno 2010-2011.
El diseñador libanés es uno de los favoritos de las actrices para desfilar en las alfombras rojas, pero su ropa de ensueño bien podría ser el vestido de una fantasiosa novia como Dita y aunque no nos hayan llegado rumores de boda, sólo sabemos que el último novio conocido es el cantante del grupo Hurts, Theo Hutchcraft, seguro que no perdió detalle de ninguno de éstos:
Precioso, pero demasiado sencillo y lánguido para el estilo que explota la artista que es mucho más excesiva en sus apariciones públicas, si pensara en boda no la entenderíamos así vestida.
Vestido años cincuenta, podría ser, pero tal vez es poco llamativo. Pantalón en absoluto, no es fácil verla usando pantalones, sería un cambio radical de estilo y no tendría sentido ese riesgo para un día tan importante.
Y de pronto…
Desde luego este vestido es una razón de peso para que Dita ronde tanto a Elie Saab y sería un buen motivo para que cualquiera le hiciera la pelota, le dorara la píldora o, si tiene la oportunidad, vistiera sólo de Elie Saab por siempre, siempre jamás