La guerra en Ucrania ha ocasionado la salida masiva de habitantes del país, que huyen de los bombardeos y los ataques de las fuerzas rusas desde que iniciaron la invasión la madrugada del pasado jueves. Más de 150.000 personas han tenido que dejar atrás su hogar y buscan refugio en el extranjero, según naciones unidas. A pie, en tren, en autobús o en vehículos propios, miles de refugiados atraviesan en las últimas horas las fronteras de Polonia, Hungría, Moldavia y Eslovaquia. Una escena de profunda tristeza y miedo que se desarrolla en el este y sur del segundo país más grande y el octavo más poblado de Europa.
Miles de familias se han fracturado por el conflicto. Volodímir Zelenski, el presidente ucraniano, ha prohibido a los varones adultos que abandonen su país para resistir a la invasión. El paso fronterizo más concurrido se encuentra en Chernivsti con la provincia rumana de Suceava, y ya son más de 20.000 personas las que han entrado a Rumanía, siendo el 80% mujeres y niños. Entre ellos, Jamala, ganadora de Eurovisión 2016, que está aprovechando su impacto en redes para visibilizar la escalofriante situación actual del pueblo ucraniano.
La intérprete de ‘1944’, canción que habla de la deportación de tártaros de Crimea ocurrida en la década de los años 40 por la URSS, ha logrado abandonar su país después de 4 días viajando y huyendo a pie con sus dos hijos pequeños hasta la frontera rumana. Sin ser capaz de retener su llanto, Jamala se grababa en Instagram mientras relataba las penurias que estaban pasando hasta llegar a su destino. Su marido, mientras tanto, debe permanecer en su país y servir al ejército para combatir contra la invasión rusa.
“El 24 por la noche salimos de Kiev con los niños, pasamos casi 4 días en el coche, en paradas de descanso espontáneas, sin comida, en estado de shock. 2 km en 4 horas, así es como nos desplazamos”, ha explicado Jamala en su último post, en el que ha adjuntado una batería de imágenes y grabaciones que reflejan la realidad actual de su país.
“Millones de mujeres y niños lo dejaron todo, sus pisos, sus pertenencias... ¡todo! Dejando a sus maridos para defender su país y corriendo para salvar a sus hijos de los proyectiles […] Tantas víctimas, tantos heridos, niños pequeños entre ellos…”, lamenta la cantante, que desea que se ponga fin a la afrenta pronto.
“Me echasteis de Kiev, de mi piso, a base de bombardeos. ¿Y qué? ¿Vendrás a vivir allí? ¿Vas a entrar y decir "ya está, el mundo está salvado"? No, no creo en eso. Creo en nuestro presidente, en nuestro ejército, en nuestros fuertes hombres y mujeres valientes. Lo conseguiremos. ¡Ucrania no será derrotada! ¡Ucrania no será derrotada!”, está convencida de que algún día se reencontrará con su marido, volverán a casa y se pondrá fin a esta pesadilla que tantas vidas, lágrimas y dolor está costando.
Hoy en día, desafortunadamente, la letra de la canción con la que conquistó a Europa hace seis años de nuevo cobra sentido: “Cuando llegan los extraños, vienen a tu casa, os matan a todos y dicen ‘no somos culpables’. ¿Dónde tenéis la cabeza? La humanidad llora, creéis que sois dioses, pero todo el mundo muere. No os traguéis mi alma, nuestras almas. No pude pasar mi juventud allí, porque me arrebatasteis mi paz. Podríamos construir un futuro, donde la gente sea libre para vivir y amar. El tiempo más feliz. Nuestro tiempo”.