Las nuevas famosas que están por llegar: ellas son rockeras

ALEJANDRO ARTECHE 29/10/2010 09:24

Vuelven los estampados con cuadros de leñador, los tupés, el cuero... Pero no sólo son tendencia en la moda. El rock'n'roll llega para quedarse y en la música no podía ser menos. La americana Eilen Jewell y la irlandesa Imelda May son dos buenos ejemplos de ello. Ambas tienen discos recién editados en España y están dispuestas a que éste sea un invierno lleno de tupés erguidos desafiando las leyes de la gravedad.

Tres tipos rudos vestidos de negro, con sobrero de cowboy y armados con guitarra, contrabajo y batería escoltan a una rubia frágil y menuda con collar de perlas y vestida de manera sencilla más como para ir a misa que como para subir a un escenario a dar un concierto de country rock. Ella es la bostoniana Eilen Jewell y ha finalizado hace unos días la gira española de presentación de su nuevo disco 'Butcher Holler'(discos Karonte), un tributo a la cantante Loretta Lynn famosa por revolucionar el machista mundo del country y la primera en escribir canciones sobre maridos borrachos e infieles y malos tratos domésticos, lo mismo que ella vivía en primera persona y que le valió un Oscar a Sissy Spacek cuando interpretó su vida en la película de 1980 'Quiero ser libre'.

A pesar de su frágil aspecto, Eilen Jewell compone canciones inspiradas en discursos de Martin Luther King, mujeres abandonadas a las drogas o la bebida para curar su mal de amores, versionea a clásicos como Van Morrison o Johnny Kidd y no duda en amenazar a las chicas de la primera fila de sus conciertos con que si no dejan de piropear a su batería (y marido) tendrán que probar sus puños. Eilen está de moda y hasta los seguidores de la serie vampírica 'True Blood' han podido escuchar sus canciones en la banda sonora de la misma.

Enamorada de España, se pasa los conciertos chapurreando en castellano, adora viajar al País Vasco –en su anterior gira se fue de juerga al terminar el concierto con unos fans bilbaínos y descubrió el kalimotxo, del que se ha hecho fan incondicional- y sus conciertos son una fiesta total donde interactúa con el público aceptando peticiones e interpretando algún tema de los Sacred Shakers, el grupo de espirituales negros y música religiosa que tiene con unos amigos. Conocerla es quererla y, aparte de lo excelente artista que es, hay tan buenas vibraciones en sus actuaciones que dan ganas de adoptarla y llevártela a vivir a casa. Asistir a uno de sus conciertos significa caer rendido a sus pies para toda la vida.

Por su parte, la irlandesa Imelda May ha puesto de moda el tupé para las mujeres. El suyo, de color negro ala de cuervo, va coronado por un personalísimo rizo teñido en platino que ya es su seña de identidad y está empezando a ser copiado por las más modernas. Hasta pudimos vérselo a Amy Winehouse en uno de esos estilismos imposibles que se pone cuando sale de casa de madrugada a comprar tabaco visiblemente perjudicada.

También con formación básica de grupo de rockabilly, , como el pandero. Faldas tubo, camisas ceñidas, pañuelos al cuello, altísimos tacones… Todo en ella parece salido del guardarropa de una pin up de los años 50 y los que la han entrevistado dicen que es un encanto de mujer y muy seductora.

Con su anterior disco, 'Love tattoo', revolucionó la escena rockabilly con canciones sobre vudú, tatuajes, amores imposibles y dramas de adolescente de Grease tamizados con la estética turbia de David Lynch. Ahora vuelve a la carga con 'Mayhem' (Decca), su nuevo disco recién publicado y del que ya nos ofreció un adelanto el pasado verano en forma del video 'Psycho', donde Imelda se paseaba embutida en un ajustado uniforme de enfermera dominatrix por los pasillos de un manicomio para desesperación de los internos.

Con el sonido más endurecido y una espectacular versión del 'Tainted love' que popularizaran Soft Cell en los años ochenta y que es capaz de reventar cualquier pista de baile, 'Mayhem' es uno de los discos obligados a tener este año y asistir a uno de los numerosos conciertos que da Imelda por España cada dos por tres, más aún. Los próximos serán el 11 noviembre, en Barcelona; el 12, en Valencia y el 14, en Madrid