Sarah Ferguson estrena reality show en el canal de Oprah

CARLOS OTERO 14/06/2011 19:43

¿Qué tienen en común Yola Berrocal, Paris Hilton, Alaska y Mario Vaquerizo y Sarah Ferguson? Pues estos personajes tan variopintos convergen en que todos ellos han participado en un reality show. La última en apuntarse ha sido la Duquesa de York, que estrenó anoche su programa de telerrealidad en el canal de Oprah Winfrey (Oprah Winfrey Network).

La que fuera concuñada de Lady Di ha irrumpido en el género por todo lo alto. En el primer episodio de “Finding Sarah: From Royalty to Real World” (Buscando a Sarah: De la realeza a la realidad), que se emitió anoche en Estados Unidos, la duquesa se sometió a terapia con el Doctor Phil, un psiquiatra habitual de los talk shows del país de las hamburguesas.

Como si se metiera en la famosa Caja del “Sálvame Deluxe”, Fergie explicó ante las cámaras todos sus traumas de la infancia, sus problemas financieros y hasta recordó la cámara oculta que le hizo el periódico ‘News of the World’ en la que ofrecía citas de negocios con su ex marido a cambio de dinero negro.

“Me casé con mi marido porque lo amaba, solo que él era un príncipe”, declara. “En Palacio había demasiadas reglas y restricciones. No sabía que hacer”, prosigue la duquesa que asegura que sus problemas económicos tras su divorcio son culpa suya: “no entiendo nada de finanzas”.

En el reality una experta le aconseja que se independice económicamente del Príncipe Andrés. Y su periplo continúa con visitas a un hombre que susurra a los caballos, a un chamán del desierto de Arizona (EEUU), y a la entrenadora Martha Beck. También aparecen sus hijas, las princesas Beatriz y Eugenia, que aparecen en pantalla para ofrecer todo su apoyo a su polémica madre.

El pasado 11 de mayo, Sarah ya acudió al programa de Oprah a hablar de cómo se sintió tras no ser invitada a la boda de Catalina Middleton y el Príncipe Guillermo. En el programa, Sarah contó que pasó ese día en Asia, que le sentó muy mal no estar invitada porque quería ir con sus hijas y que Diana se hubiese sentido orgullosa de su hijo.