Las siete similitudes de Dani y Jorge

ESTHER L. CALDERÓN 30/08/2010 18:21

Serían Zipi y Zape si se llevasen bien, pero Jorge y Dani, nuestros moteros más internacionales, no se pueden ni ver. Aunque ambos se empeñan en ser lo más diplomáticos posible delante de un micro, nadie les vio darse la mano hasta que el propio Rey se las sujetó a la fuerza en Jerez hace dos años.

Visto lo tirante de las posturas del "prepotente" y el "soso", según de definen respectivamente los fans del contrario, en divinity.es nos hemos propuesto un reto salvaje: Darle la vuelta a la tortilla ahora que Dani ha ganado en Indianápolis su tercera carrera (dentro de un campeonato que presumiblemente será de Lorenzo) y buscar las siete similitudes entre nuestros cracks de dos ruedas.

Ambos comenzaron a pilotar antes casi que a correr. Lorenzo a los tres años con adaptada por su padre mecánico; Pedrosa a los cuatro con una Italjet 50 de motocross, que incorporaba ruedines laterales. Más tarde debutarían en el Mundial con 15 primaveras, edad mínima para hacerlo. La casualidad quiso que Jorge los cumpliese un día antes de la primera carrera, arrebatándole a Dani el récord de ser el piloto más joven en participar en un Gran Premio.

A partir de ahí, una ascensión imparable y paralela hasta las motos GP, escalón más alto de la pirámide motera. Dani ha ganado un campeonato de 125 c.c con su Honda RS y dos de 250 c.c., y Lorenzo ha hecho lo propio con su Aprilia en dos títulos de 250 c.c.

A pesar de lo diferente de su carácter, que se refleja en el modo en que celebrar sus victorias, ambos pilotos proceden de familias de clase media trabajadora. El primer hijo de Antonio Pedrosa y Basi Ramal nació el 29 de septiembre de 1985 en la localidad catalana de Sabadell, cinco años antes que su hermano Enric, que ahora es ciclista. Precisamente Dani estuvo a punto de dejar las motos por la bici a los trece años ante la imposibilidad de afrontar los gastos de las carreras. En ese momento apareció en su vida el ex piloto y cazatalentos Alberto Puig, su manager hasta hoy.

Chicho Lorenzo y María Guerrero tuvieron el 4 de mayo de 1987 un niño arrubiado al que llamaron Jorge. Mecánico él y mensajera ella, cuando el niño cumplió tres años decidieron juntar ahorros para que el padre pudiese construirle una moto a medida. Lograron inculcarle en vena el ansia de ganar hasta a las canicas. Cuando el chaval contaba con diez años, Chicho buscó al catalán Dani Amatriaín para que dirigiera sus pasos deportivos, quien se lo llevó a vivir a Barcelona y se convirtió en su tutor.

Según los que los conocen bien, los chicos son una extensión del carácter de sus padres y, sobre todo, de sus primeros representantes, en los que los progenitores delegaron responsabilidades cuando los chavales comenzaron a ausentarse de casa para disputar carreras. Dani ha heredado el carácter seco de Alberto Puig (manager actual y dueño del barco en el que veranea en Mallorca) y Jorge el ansia de victoria y las frases demoledoras de Dani Amatriaín, con el que ha acabado fatal, denuncia incluida del piloto por amenazas de muerte.

Todo estalló en 2006, cuando Chicho Lorenzo estalló y acusó a Amatriaín de haber "lavado el cerebro" y "desplumado" a su hijo. El piloto rompió con su padre durante tres años. La llamada de la sangre se impuso más adelante, con una reconciliación familiar en toda regla. "Me gusta volver a llevarme bien con él. Padre y madre sólo hay uno de cada y hay que disfrutarlos mientras podamos", soltó Jorge después de despedir al tercero en discordia. Marcos Hirsch es su actual representante y preparador físico.

4. Curvas peligrosas

Dani Pedrosa sale desde hace algún tiempo con una belleza catalana llamada Ivette, con quien pudo vérsele en actitud cariñosa hace un par de veranos en el yate de su representante.

La joven siempre se ha mantenido alejada de los medios de comunicación, a diferencia de Noemí Perea, la atractiva morena que se convirtió en portada de Interviú tras los rumores que la relacionaban con Lorenzo. Aunque poco se sabe de esta relación, lo cierto es que la pareja ha sido fotografiada saliendo del domicilio barcelonés de Noemí hacia un restaurante tailandés.

Ya lo dijo su madre en un emotivo anuncio de Cola-Cao. Dani "lloró como un niño" al convertirse en el campeón de 225 c.c más joven del mundo porque, al fin y al cabo, eso es lo que era. Sus 158 centímetros y 48 kilos172 centímetros y 63 kilos, tampoco es un ejemplo de gigantismo.

La ausencia de líneas de expresión se ve camuflada en ambos casos por modelos de gafas inspiradas en su modo de correr. Dani Pedrosa luce por contrato el modelo Vision AN 4103 de Arnette, un diseño estilizado y técnico, que combina ligereza y dinamismo. Lorenzo prefiere las Oakley Antix, concretamente las de lente continua que llevan su nombre.

Ya sea por lo intenso del calendario o por lo que conlleva subir al podium desde la más tierna infancia, los dos pilotos comparten su gusto por las aficiones solitarias. El propio Jorge define sus hobbies en su blog: "Me encanta la paella, disfrutar de un buen libro (tanto biografías como de autoayuda), de la música de Red Hot Chili Peppers, Linkin Park, Sum 41, Blink 182, Phil Collins, Eros Ramazzotti o El canto del loco y de los videojuegos de deportes o de música".

Dani también comparte las enganchadas a la consola, el Ipod lleno de música para concentrarse antes de las carreras, sobre todo con los temas de The Boss, y el amor por otros deportes de a uno como son el ciclismo y el windsurf. La admiración por los grandes de la historia del deporte también es un punto común. A Jorge le flipa Max Biaggi, Michael Jordan, Muhammad Ali y Eric Cantona, mientras que Dani prefiere a Michael Doohan, Lance Amstrong o el barcelonista Xavi.

El año 2003 supuso la ascensión a los cielos y la bajada a los infiernos para Dani Pedrosa. Nada más proclamarse campeón de 125 c.c, besó el suelo en el circuito australiano de Phillip Island, la anteúltima carrera de la temporada. Iba a 170 kilómetros por hora y no 'negoció' la curva. El resultado fue un escalofriante choque contra el muro de protección, que ese mismo año se modificó por estar demasiado cerca, en el que se fracturó los dos tobillos y el astrágalo de la pierna izquierda. Los pesimistas auguraban que no volvería a andar con normalidad, pero las ocho horas diarias bajo la supervisión del doctor Daniel Suñé obraron el milagro de la recuperación absoluta.

Jorge también ha sufrido espectaculares caídas. Una de las más impactantes fue en 2008, en los entrenamientos del Gran Premio de China, cuando Lorenzo perdió el control y salió volando sobre el asfalto. Cayó boca abajo y se rompió el tobillo izquierdo, casi el derecho y varias abrasiones.