El Rock In Rio, poco Rock y nada de Rio

divinity.es 30/05/2010 09:01

El Rock In Rio me ha tenido pegado a la televisión casi todo el fin de semana. Y la verdad, no sé si la gente que estuvo 8 horas esperando para ver a Shakira luego se arrepintió de no haberse quedado en casa para verlo en La 2 tranquilamente. El sábado empezó la cosa con Calle 13, que es un grupo como de música latino-fusión que yo ni siquiera conocía. Puede ser porque mi cultura no es muy amplia o porque realmente es un grupo emergente que no mucha gente conoce y nos lo han querido vender como si fueran los U2 latinos. El cantante intentó levantar el ánimo de los asistentes quitándose la camiseta y tal pero la cosa parecía no remontar. La clave es clara, el 95% de las 85.000 personas que acudieron a la primera jornada del festival querían ver a Rihanna, a Shakira o a las dos juntas, pero no a calle 13.

Pronto llegó Rihanna, con promesas de levantar el festival con su show "Last Girl On Earth" y menuda tela... Menos mal que no es la última mujer en el planeta, como reza el título de su gira, porque estaríamos arreglados. La chica se cambió de zapatos cuatro veces pero la ropa la dejó intacta. La mitad de las canciones las cantó sentada en una especie de televisión de atrezzo y no esbozo ni tan sólo una coreografía. Todo era estilo libre, como un concierto de Amaia Montero. Mucho moverse de un lado al otro del escenario pero poco de movimientos bonitos y coordinados. Eso sí, la chica tiene algunos hits como "Rude Boy" y "Umbrella" y el público supo agradecerle jaleándola constantemente. La pobre, que fue maltratada por el zopenco de Chris Brown se fue por donde había venido con su pelo rojo recién teñido. El nuevo tinte no era definitivo porque hoy ya se la ha podido ver con el pelo rubio otra vez.

Shakira era el plato fuerte de la noche y no defraudó. Cuando le llegó el turno salió hecha un huracán a comerse el escenario y tenía la ventaja de que el público presenta era muy de ponerse "La Tortura" de politono y de bailar "Loba" como si no hubiese mañana. La variopinta audiencia enloqueció especialmente con los temas clásicos de la colombiana. Sí, las canciones que hacía con la guitarrita antes de convertirse en una diva multi-estilo que lo mismo te saca un reggaetton que un temazo disco. El mercado manda. Después de cambiarse el look y al borde de la fractura múltiple de cadera, la novia del hijo del ex-presidente de Argentina abandonó el escenario para acudir a una fiesta que ella misma había organizado en el backstage a la que no faltaron deportistas de élite como Fernando Verdasco. Y no, no estaba Rafa Nadal porque es más de elite que Verdasco y se encontraba en Paris convirtiéndose en el nuevo número 1 del tenis mundial.

Cuando los asistentes estaban saturados de musiqueo latino, de diva negrita y de huracán colombiano llegó David Guetta, productor de moda que lo mismo hace una canción con Black Eyed Peas que con Nelly Furtado, y siguió agitando a la gente hasta las tantas de la mañana. ¿Darían Red Bull con la entrada?.

Al día siguiente, el domingo, la cosa cambió radicalmente. La media de edad del público bajo drásticamente y la ciudad del Rock de Arganda del Rey se lleno de adolescentes deseosas de ver a Miley Cyrus. La vocalista americana que protagonizó durante años a "Hannah Montana" en Disney Channel. La hija de Billy Ray Cyrus sorprendió a propios y extraños con una energía desbordante y un dominio del escenario que ya quisieran muchas artistas. El repertorio de su show no era masivamente conocido pero sí que escondía grandes hits como "Party In The U.S.A." y su dueto con David Bisbal, que hizo acto de presencia. Por supuesto, cantó su nuevo single "Can't Be Tamed" en el que pide libertad a gritos y avisa de que no puede ser domesticada. Un discurso tan manido que llegando al extremo se convierte en novedoso.Los padres se quedaron a cuadros al ver que el modelo a seguir de sus hijas ya no es la dulce "Hannah Montana" sino que se ha convertido en una chica que aún no ha cumplido la mayoría de edad y que enseña los muslos más que Madonna.

El festival, en definitiva, es una muy buena opción de ocio pero rechina un poco que se llame "Rock In Rio". Hubiese quedado mejor "Divas In Arganda".

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