Hijos díscolos; el mayor quebradero de cabeza de las celebrities

divinity.es 29/12/2011 16:22

Las celebrities no sólo se preocupan por si ganarán un nuevo Oscar, tendrán trabajo en una nueva película o grabarán un nuevo disco. Algunas de ellas tienen hijos y algunos de ellos no son todo lo tranquilos y responsables que sus padres quisieran. Para muestra; estos botones:

El hijo de Michael Douglas (nieto a su vez de otra celebrity, Kirk Douglas) ha sido finalmente condenado a cuatro años de cárcel por posesión de drogas y porque también tenía intención de venderlas por valor de unos 15.000 dólares. El muchacho lleva en la cárcel desde 2009, cuando fue detenido en la habitación de un lujoso hotel de Nueva York por lo que sólo le faltaría poco más de un año para salir otra vez a la calle. El chico, que no ha tenido nunca una profesión clara, se enganchó a la heroína y se lanzó al menudeo de sustancias estupefacientes para poder pagarse las dosis que su mente drogadicta le exigía. Su padre, el marido de Katherine Zeta-Jones, lejos de avergonzarse de su hijo, cree que él es en parte el culpable de toda la situación. Primero por haber sido un padre ausente y segundo por haberle heredado unos genes adictivos (recuerda que Michael tuvo graves problemas con su adicción al sexo). ¿Qué puede llevar a un niño que tiene todas las facilidades del mundo a meterse en un mundo tan turbio como el del tráfico de drogas? Pues probablemente sea esa misma la razón: el tenerlo todo.

Hubo un momento en la vida de Kelly Osbourne, hija del milenario (casi de forma literal) Ozzy Osbourne, en el que le gustaba la droga más que el pollo frito (una de las especialidades culinarias que la llevó a un sobrepeso peligroso). Además, la chica pensó que las drogas así a palo seco no la reconfortaban del todo así que las regaba con grandes cantidades de alcohol. ¿Resultado? La pobre Kelly, siendo aún una adolescente, se vio envuelta en problemas con su peso, con las drogas y con el alcohol. Su carrera musical había sido un desastre y andaba perdida como una hormiga sin antenas (o como una vaca sin cencerro que diría Almodóvar). En 2009, con 24 años, sus padres la ingresaron en un centro de rehabilitación porque la cosa se les había ido de las manos. Tiempo después, Kelly salió recuperada, recupero la línea y reencauzó su carrera profesional. Ahora hace ropa con la hija de Madonna, presenta programas de televisión y escribe sobre moda en revistas. Según algunas fuentes, esto le aporta unos 15 millones de dólares anuales. Un pellizquito bien rico. Eso sí, la pobre ha declarado recientemente que las drogas le persiguen y que es una lucha diaria muy dura: "Los que dicen que han superado las drogas y que se han quedado en el pasado son unos mentirosos que probablemente las sigan consumiento". Kelly, tu puedes, cariño.

Igual ya ni recuerdes a Nicole Richie, hija adoptiva (qué feo queda recalcar esto) de Lionel Richie que saltó a la fama por las juergas que se corría con su por aquel entonces amiguérrima Paris Hilton. Sexo, drogas y rock'n'roll. Todo literal menos el Rock, porque la muchacha no ha salido música con el padre (a excepción de su colaboración en la re-grabación del 'We Are The World'). La chica le dio a Lionel todos los regalos que un padre no desearía el 19 de Marzo: Escándalo por fotos porno, un infrapeso extremo que hizo pensar a todo el mundo que tenía anorexia, amenazas de entrada a la cárcel por conducir bajo los efectos de las drogas (la pillaron con heroína y con el carnet de conducir caducado), posesión de Vicodin sin receta y mucho más. Al final, la chica sentó la cabeza y dio un volantazo a su vida. Ahora tiene 30 años, es una mujer felizmente casada, tiene dos hijos y junto a su marido dirige una ONG que ayuda a los niños. Lionel Richie aún debe estar poniéndole velas a alguna virgen.

Las celebrities patrias también tienen hijos y por ende también les dan quebraderos de cabeza. El caso de Kiko Rivera es uno de los más claros. Un chico que nunca tuvo clara su vocación profesional pero que siempre amó la noche y la fiesta es la peor pesadilla de cualquier padre y Kiko es la prueba. Durante años dio tumbos, se apunto a una academia de televisión, luego parecía que quería ser torero como sus hermanos y más tarde se dedicó profesionalmente a los bolos, que es ese trabajo que consiste en ir a una discoteca y posar en fotos con la gente que va a verte. De la noche a la mañana todo cambió y Kiko reapareció como monologuista en un canal de televisión. De ahí pasó a colaborar en otro programa supestamente de humor y finalmente dio el salto con su papel co protagonista en 'Torrente 4'. Ahora tiene trabajo serio en 'Tú Sí Que Vales', ha participado en 'Supervivientes' y dará las campanadas junto a su madre. Para el recuerdo quedan aquellas imágenes en las que se daba cabezazos contra una persiana o bailando chunda-chunda en pleno centro de Madrid.

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