Cápsulas de protección solar: todo lo que debes saber sobre el complemento que protege de la radiación

La protección solar ha pasado de ser la crema imprescindible para ir a la playa, a un básico en la rutina de belleza diaria. La razón radica en que los rayos ultravioleta pueden causar graves problemas de salud, además de acelerar el proceso de envejecimiento de la piel.

No hay que olvidar que una crema de protección solar actúa como escudo frente a las radiaciones siempre que se haya elegido el factor adecuado y se aplique (y cada 2 horas se reaplique) de la manera correcta, pero el problema es que, en la mayoría de los casos, los filtros solares no se usan de la forma recomendada.

Para evitar que las radiaciones UV lleguen hasta la piel, lo ideal es complementar la crema fotoprotectora con cápsulas de protección solar que potencien la barrera frente a las radiaciones desde la primera toma.

¿Qué son las cápsulas de protección solar?

Las cápsulas de protección solar o fotoprotectores orales son complementos alimenticios elaborados a base de componentes naturales, que protegen de la radiación solar todo el cuerpo de manera uniforme. Ayudan a prevenir y reparar quemaduras, inflamación, manchas o arrugas, así como patologías más graves provocadas por la acción de los rayos UV. Esto significa que se usan para que la piel esté más protegida pero NO excluyen el uso de la protección solar tópica.

¿Cómo actúan los fotoprotectores orales?

Cuando se utilizan junto a un fotoprotector tópico, las cápsulas de protección solar actúan reforzando la barrera frente a la radiación ultravioleta e infrarroja desde la primera toma y, del mismo modo que la una crema con factor de protección, se recomienda tomarlas durante todo el año bastando una cápsula al día media hora antes de exponerse al sol.

¿Para quién se recomienda?

Las cápsulas de protección son adecuadas para cualquiera que desee reforzar la barrera frente a los rayos solares, incluso hay fotoprotectores orales específicos para los niños, pero su acción es más aconsejable en determinados grupos como personas con rosácea, acné, psoriasis, vitíligo o dermatitis atópica, deportistas que practican actividades al aire libre e incluso para quienes tomen medicación fotosensible o para quienes tengan dificultades para reaplicar la protección solar cada 2 horas.

En cualquier caso, fotoprotectores orales hay muchos en el mercado y cada uno está específicamente formulado para una o varias necesidades al mismo tiempo: con vitamina D específicos para quienes tienen déficit de esta vitamina, con betacaroteno para activar el bronceado, con antioxidantes que previenen el fotoenvejecimiento, con niacinamida que regula la producción de sebo, entre muchos otros, así que lo mejor para no equivocarse es dejarse aconsejar por profesionales.

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