El corsé de entrenamientos y otras prácticas vip muy perjudiciales para la salud

divinity.es 10/06/2015 20:50

La querían ya las señoras del s.XIX y parece que en el nuevo milenio seguimos con las mismas: queremos lucir una cinturita de avispa. Con el regreso de la mujer con curvas, el uso del corsé se ha vuelto a popularizar y son muchas las VIPs que lo usan en sus eventos públicos o a la hora de entrenarse.

Kim Kardashian es, cómo no, la gran prescriptora del Waist Training, una práctica cada más extendida en los Estados Unidos que ya ha comenzado a verse en los gimnasios españoles. La famosa socialité asegura que entre cerca de cuatro al día su cintura con unos corsés diseñados exclusivamente para ello. La lógica hace pensar que si entrenas con él puesto, la grasa de redistribuye y tu cintura se afina hasta conseguir un cuerpo de guitarra.

Jessica Alba también ha reconocido que este método de entrenamiento le ha ayudado a recuperar sus curvas tras los diferentes embarazos. Lindsay Lohan no ha traído bebés al mundo –al menos que sepamos- pero también quiere reducir el diámetro de su cintura por lo que se ha hecho con unos cuantos corsés que luce así en las redes sociales.

¿Qué pasa cuando el Waist Training se nos va de las manos? Se nos puede quedar un cuerpo un tanto extraño como el de Kelly Dee Dakay, una modelo británica de 27 años que asegura tener una cintura de 41 centímetros gracias a un corsé que lleva usando desde hace siete años.

Lo cierto es que los riesgos van más allá de los estético. Ya en 1908 el médico francés Ludovic O’Followell mantenía que esta prenda oprimía las costillas inferiores, lo que dificultaba la respiración de las señoras, además de comprimir algunos órganos contra la espina dorsal o hacia la parte del abdomen lo cual, como podrán imaginar, no es lo más recomendable. Además afecta al sistema nervioso, llegando incluso a provocar un dolor crónico que tan sólo se puede tratar con analgésicos y que no tiene fácil solución.

Dietas y otros tratamientos poco saludables

Hay que tener mucho cuidado con las dietas que comparten las famosas o las que se publican que son seguidas por ellas. Normalmente, el nombre de las estrellas actúa como gancho para que pensemos que su estupenda figura se debe a seguir a pies juntillas estos tratamientos y no siempre es así.

Por ejemplo, se dice que Shailene Woodley (la protagonista de ‘Divergente’) toma arcilla como parte de su dieta para perder peso y depurar sus cuerpo. Aunque es cierto que en muchos países de África en una práctica habitual, lo cierto es que la arcilla no aporta nada bueno a nuestro cuerpo, ya que muchos minerales ya los consumimos de forma habitual a través de otros alimentos. Además puede llevar elementos como el plomo o el arsénico que pueden ser dañinos.

Gwyneth Paltrow ha sembrado la polémica en Estados Unidos tras el anuncio de su nuevo libro ‘It’s All Good’ donde la oscarizada actriz aboga por la eliminación del gluten (entre otras cosas) para sentirse sana, delgada y feliz. “El gluten es demasiado pesado para el organismo y muchos de nosotros somos poco tolerantes a él, cuando no alérgicos”. Una recomendación que ha puesto en jaque a los dietistas, que aseguran que es “absurdo que una persona sin intolerancia siga ‘la dieta del celiaco’ porque piensa que va a adelgazar o a comer mejor. Los alimentos sin gluten no son hipocalóricos, ni bajos en azúcares, ni en grasas, ni más saludables”, comenta la doctora Paula Ross.

La dieta crudivegana (o “raw food”) de Natalie Portman, Demi Moore, Beyoncé o Sting, la dieta púrpura de Mariah Carey donde todo es de dicho color, al alcalina de Victoria Beckham, la del pomelo de Kylie Minogue, Jennifer Aniston comiendo tan sólo potitos, los batidos verdes détox con las que vemos a las vips saliendo del gym… todas estas dietas tiene un denominador común: el desequilibrio (nutricional, no el psicológico de las que las practican). Son regímenes demasiado enfocados en un solo producto, que no aportan todos los nutrientes necesarios para que el cuerpo funcione de forma sana. Y luego viene el temido “rebote”.

No todo son dietas: ¿tiene algún razonamiento científico usar semen de ballena, veneno de serpiente o baba de caracol? ¿Y los sangrados faciales a los que se somete Kim (de nuevo Kim) para regenerar la piel? Chicas, informaos bien antes de hacer cualquiera de estos tratamientos que muchos de ellos os pueden traer grandes problemas de salud.