One Direction, donjuanismo de colegio de pago

divinity.es 28/11/2012 18:48

La cadena de televisión estadounidense ABC emitió a principios de los años setenta la serie Lancelot Link. Era más de lo mismo, entretenimiento para adolescentes, pero con una particularidad que la hacía distinta a todo lo que había habido hasta el momento. La protagonizaban chimpancés. Los animales protagonizaban todo tipo de historias ataviados con toda suerte de disfraces. Desde elegantes levitas a todos los complementos del antiguo oeste. Y tenían algo más, un grupo de pop. No era un sketch cualquiera. Tenían un montón de canciones y sacaron un disco y todo.

Este ejemplo sirve como prueba de que en la industria del pop se ha intentado todo. No hay un I+D que trabaje más duro por ofrecer lo nunca hecho, lo nunca mezclado, lo más tope de lo tope. Pero paradójicamente, y éste es el quid de la cuestión, al final lo que funciona es, muy tozudamente, siempre lo mismo.

Los Beatles y los Monkees en los sesenta. Los Bay City Rollers, los Osmonds y los Jackson Five en los setenta. New Kids on the block y nuestros Parchís, en los ochenta. Hanson, Back Street Boys, Take That las Spice Girls en los noventa. Jonas Brothers, Justin Bieber, poco después. Es una maquinaria incesante, nunca descansa, la que pone en el mercado ídolos adolescentes para consumo salvaje de los chavales. One Direction es el último producto de esta factoría que nunca quiebra venga la crisis que venga, de la del petróleo a la de las subprime.

Si acaso hay un elemento distintivo en la última hornada, es que han aparecido en el mercado gracias a los últimos inventos de la civilización. Justin Bieber, por ejemplo, gracias a Youtube. One Direction, por su parte, en un reality show. Vieron la luz en el Factor X 2010 británico. Su anagrama, 1D; su público, las nenas. Antes de concluir el concurso ya tenían legiones de fans.

En línea más dura del pop británico comercial, One Direction ofrecen canciones para bailar hasta la luxación inverosímil especialmente durante el verano. Su atuendo es, no obstante, de nivelón. Son niños bien, pero cultivan cierta sencillez de imagen. Atrás quedaron las americanas blancas de Back Street Boys, o el vestuario indescriptible de Bay City Rollers. A los One Direction, con sus pantalones beige, te los puedes cruzar en los alrededores de cualquier colegio privado. Y tampoco bailan un carajo. Salen andando y va que chuta. Pero sus números son los de las estrellas que han cuidado su imagen hasta el punto de no desentonar en el Carnaval de Río o bailaban como, sin ir más lejos, el mismísimo Michael Jackson. Premios MTV. Número 1 del Billboard en Estados Unidos. Ciento treinta mil copias de su single 'What makes you beautiful' vendidas en una semana. Conciertos en el Madison Square Garden de Nueva York con fechas que se cuelan en un calendario donde pululan Rihanna o Coldplay.

Pero no estamos ante un grupo teen cualquiera. Son conocidos los excesos cometidos por todo este tipo de estrellas a lo largo de su historia, pero en los escenarios, se mostraban dulces como un algodón fucsia de feria, con canciones de romanticismo perfumado. Aquí, nada de eso. One Direction son unos macarras, tal y como suena. Una de sus últimas canciones, 'Up all night' dice lindezas como "Quiero quedarme despierto toda la noche y hacerlo todo contigo". Para el crítico musical del New Yorker, Sasha Frere-Jones, están haciendo un canto directo, sin ocultarlo mucho en metáforas, a los vicios nocturnos y el sexo.

Llevan tatuajes, y los muestran a las revistas fotografiados en exclusiva. Se dejan ver con camisetas de Nirvana, un grupo que hace veintidós años era, para el oyente de la FM, 'ruido de pelanas desastrados'. En la ceremonia de clausura de la Olimpiada Zayn Malik fue vestido de la Madonna de 'Who´s that girl?'. El punto curioso es que Malik es musulmán y ayuna en Ramadán. Se puede decir de todo, menos que estén anclados en el estereotipo.

Si bien es cierto que han empezado a maquearse un poco conforme han alcanzado la cota más alta de éxito. Así les vimos en los Bambi 2012 media awards mucho más arreglados, con chalecos, americanas y cuellos altos. Casi como en Miami Vice, pero de negro. O en los Brit Awards también de este año. Que llevaban unos trajes vintage años 30 de gangster de Chicago relajándose en el casino.

Porque, al margen del estilo, en su vida personal también son elefantes en la cacharrería mediática. Harry Styles estuvo con Caroline Flack, que le saca quince años. "Me encantan las maduritas, mi límie está en los 43 años que tiene mi madre". Y aunque se ha quejado de que se le adjudican "7000 novias", reconoce que es joven y tiene que "divertirse". Claro que, lo mismo que hay cientos de blogs colgados en Internet sobre fantasías sexuales con los miembros de One Direction, también hay otro tanto de personas desequilibradas que, haciéndose llamar fans, enviaron amenazas de muerte a Caroline.

Es que son heterosexuales a muerte. Sin un solo espacio para la ambigüedad, como suele ocurrir en otras ocasiones con los teen idols. Incluso parece que ellos se han propuesto como estrategia comercial desterrar toda duda. En un reportaje de la Super Pop, Louis decía que le da igual que fuera rubia, morena o castaña, de las mujeres "me gusta todo", añadió. A Harry le gustan "las piernas y el culo, chicas con curvas, así hay algo a lo que agarrarse". Zyan, "de ellas me gusta todo: piernas, delantera, trasero" y relató que en su clase había tres trillizas y que "cree" recordar que salió con las tres. Niall: "Sí, me gusta un buen culo. Con curvas, siempre con curvas". Y Liam dio su manual para ligar en Facebook, les entra así: «Hola, soy Liam. ¿Quién eres tú?. ¡A saco!".

Es lo que tienen estos chicos cuando están sueltos, que las madres de las fans no temen por sus hijas, temen también por sí mismas. En cualquier caso, según un esquema del diario The Guardian, los grupos como One Direction, las 'boybands' tienen siete etapas: El periodo de luna de miel, la fase agradable, la época en la que se notician los tatuajes y peinados, la pérdida de carisma, el primer recopilatorio con la salida de un miembro del grupo, la ruptura y el regreso pseudo retro. Según este diario, One Direction están en la tercera fase. ¿Será cierto? Por lo pronto han abierto una tienda para las 'directioners', con precios nada baratos, según La Vanguardia, así que al menos al negocio todavía le queda carrete.