Fernando Fitz-James Stuart, el heredero

divinity.es 20/05/2013 19:54

"Quiero que el Palacio de Dueñas. Con estas palabras la duquesa de Alba se refería a su nieto Fernando Luis Jesús Juan Fitz-James Stuart Solís, futuro heredero del título más famoso de España. A sus 22 años, el primogénito del XVII Duque de Huéscar ha sido incluido por segundo año consecutivo entre los Solteros de Oro de la revista Vanity Fair y eso que él intenta pasar desapercibido debido a su carácter reservado y tímido. Pero Fernando sabe el legado del que tendrá que hacerse cargo y se está preparando para ello, incluso lidiando con la fama.

Hay tres condiciones para entrar en la lista de los Solteros de Oro de Vanity Fair: por supuesto, estar soltero, con un futuro profesional asegurado y ser de buena familia. En esta lista se encuentra Alonso Aznar, José Bono Jr , Alfonso de Borbón o Diego Osorio y entre todos emerge la aristocrática figura de Fernando Fitz-James Stuart, el que será futuro Duque de Alba.

Nacido el 14 de septiembre de 1990, fruto del matrimonio de Carlos Fitz-James Stuart, Duque de Huéscar, y Matilde Solís Martínez Campos, hija del que fuera Marqués de la Motilla, Fernando tiene un hermano un año menor que él, Carlos, con el que está muy unido. Esta alianza fraternal se hizo más fuerte cuando su padres se separaron en 2004, momento en el que además su carácter se volvió más introvertido pero también valoró más la importancia de la familia.

Fernando es, desde niño, el ojito derecho de la duquesa más animada del panorama español. A los dos les une el amor por Sevilla, por su Semana Santa y la Cofradía del Cristo de los Gitanos. Además Cayetana admira la inteligencia del joven y “la belleza, ya que la Duquesa es una persona que se fija mucho en este aspecto”, según aseguraba una fuente cercana a La Razón.

Esta deferencia hizo que se convirtiera en el único de los nueve nietos incluido en su testamento, poniendo su nombre como heredero del Palacio de Dueñas. Un precioso edificio que junto a los terrenos que le rodean roza los 9.500 metros cuadrados y que, además, tiene registrado por la Junta de Andalucía más de 1.400 bienes en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz. Un regalazo que no sólo pilló por sorpresa a los medios de comunicación; esta decisión de la Duquesa causó cierto malestar entre el resto de sus hijos, sobre todo Jacobo, que no entendieron que se le agasajara más que al resto.

Cayetana le dejó el palacio de Dueñas en herencia pero no sin ciertas condiciones. La más importante de ellas es que fuese su padre, actual heredero de la Casa de Alba, el encargado de mantener el palacio hasta que éste pueda hacerse cargo del mismo económicamente. Para ello se está preparando en el extranjero después de una educación más que privilegiada: estudió en el colegio Santa María de los Rosales y terminó en el St Martin’s Ampleforth (Inglaterra). De ahí se fue a Londres a hacer la carrera de Derecho y Negocios en la Universidad de Londres, el año pasado estudió un master en Dirección de Marketing en el CIS (The College For International Studies) y ahora está en Massachussetts (Estados Unidos) terminando su formación.

Pero no todo su tiempo se lo dedica a los estudios. Enrique Moreno de Cova describe a su amigo como un chico "deportista y simpático”. Le gusta navegar en Sotogrande junto a su hermano y su padre, que tiene una casa en la elitista urbanización gaditana. Como a su tío Cayetano, le encanta montar y se escapa siempre que puede al Real Club Pineda de Sevilla, punto de reunión de lo mejorcito de la sociedad hispalense. Estas aficiones las comparte con su hermano Carlos y su grupo de amigos, entre los que se encuentra el citado Moreno de Coba, su primo Enrique Solís, Tomás Terry, Jorge de Rojas Villavecchia, Pedro Merry del Val y Javier Domecq Benjumea. Todos ellos, “pobres” de nacimiento.

Sin novia conocida, la planta de Fernando no pasa desapercibida. “Ha salido con varias chicas, pero todavía no ha encontrado el amor y con ninguna ha durado mucho. Eso sí, las niñas de su círculo íntimo sevillano le adoran”, publicaba La Razón. Desde luego, y teniendo en cuenta los precedente familiares, su herencia lleva implícita un hueco en las portadas de las revistas del corazón.