La moda de algunos padres que comparten la vida de sus hijos pequeños en redes sociales tiene un nombre: sharenting. A este respecto, los famosos se dividen en dos grandes bloques: los que evitan a toda costa mostrar la imagen de los niños y los que, por el contrario, emiten una suerte de reality online sobre ellos. Tania Llasera ha pasado de un bando a otro: “Estoy pensando en dejar de publicar fotos de Pepe Bowie, para protegerlo. Me da pena, pero es por su propio bien”, escribía la presentadora hace unos días en su cuenta de Instagram.
En el bando de los ‘exhibicionistas’ encontramos a un buen puñado de celebridades. Algunas WAGs como Pilar Rubio, Shakira o Tamara Gorro les encanta presumir de sus querubines y nos muestran imágenes de ellos casi a diario. Las andanzas de sus pequeños copan sus redes sociales y sus seguidores se enteran, prácticamente en tiempo real, de sus logros cotidianos.
Tanto en vídeo como en foto estas madres reivindican su derecho a mostrar al mundo a sus pequeños del alma con piel de canela. Tienen la potestad para hacerlo y no creen que estas imágenes comprometan, de manera alguna, la intimidad de su progenie.
Soraya Arnelas, una experta en polémicas 2.0 ha ido más lejos, y ha informado a través de su Instagram de la concepción, gestación, nacimiento, progresos vitales e incluso ingresos hospitalarios de su pequeña Manuela: la pequeña tuvo que ser hospitalizada a los pocos días de nacer y la eurovisiva compartió con sus seguidores la evolución de la pequeña
En el lado opuesto encontramos nombres como los de Miguel Bosé, Paula Echevarría o Alba Carrillo. Antes muertos que mostrando a sus hijos. La abogada de Alba Carrillo, la mediática Teresa Bueyes, explicaba la postura de su defendida al respecto a El Español: "Hay que protegerles porque aunque los padres hayan elegido ser personajes públicos, el menor no lo es".
El mundo desconoce, por ejemplo, cómo es Alejandra, la hija de Terelu, Tana, la hija de Eugenia Martínez de Irujo y Fran Rivera o los tres hijos de Amaia Salamanca. ¿Se parecen a sus madres o a sus padres? Todo parece indicar que no lo sabremos hasta que no cumplan los 18.
Entre estos famosos discretos también encontramos dos modelos: las que ‘cuelan’ a sus pequeños en sus redes sociales poniéndolos en ángulos que ocultan su cara –una estrategia en la que Elsa Pataky es una experta- o los que, como Penélope Cruz, los omiten por completo.
El caso más contradictorio lo vive la Reina Letizia. La naturaleza de su familia convierte la vida de sus hijas en interés de Estado ,pero su filosofía personal es que Leonor y Sofía deben estar protegidas del escrutinio público. Así, las niñas se ocultan con gorros y bufandas o posan en actos oficiales para los medios según la ocasión.