Pegajosos, desacomplejados, nudistas… A cada tipo de veraneante, un famoso

Carlos Otero 11/08/2016 11:00

Las playas se encuentran ya a pleno rendimiento. Igual hasta tus vacaciones han terminado, pero la temporada alta de los veraneantes vip continúa y parece que nunca acaba (por la envidia que nos da). Hoy, en un ejercicio famosil-sociológico, he decidido tipificar los tipos de turista en función de diferentes celebridades del panorama.

La típica parejita pegajosa: Morata y su novia

¿Quién no ha tenido al lado a la típica parejita playera que está todo el rato con arrumacos y carantoñas? En ese plan están Álvaro Morata y su chica, la modelo italiana Alice Campello. El internacional madridista y su enamorada son de los que están todo el rato de besitos, abrazos y muestras de afecto no aptas para diabéticos.

Los de turismo 'fresquito': La familia Casillas en Ávila

El veraneo no siempre es sinónimo de playa. Si no que se lo digan a Iker Casillas y a Sara Carbonero, que este año han optado por un verano 'a la fresca' en Ávila. El portero se ha llevado a su prole hasta Navalacruz, donde disfrutan de unos días de naturaleza y bajas temperaturas: "Dormir la siesta con jersey y mantita a día 7 de julio también tiene su punto (nunca mejor dicho)", ha escrito la presentadora de 'Quiero Ser'.

Los desacomplejados y felices: Maxim Huerta

Mucho se ha dicho y escrito sobre las redondeces de Maxim Huerta en bañador. El propio presentador ha bromeado al respecto. El ex chico de Ana Rosa ha explicado que, además de sus kilos de más en esas fotos, podemos ver a un chico feliz. "Lo peor de todo es que en esa revista no decían nada de mi sonrisa: se me veía feliz". Y es cierto porque no hay más felicidad que la del desacomplejado porque no se tenga un cuerpo diez al que la vida le sonríe. "Digamos que yo estaba tan feliz, que recorría mundo y me ponía morado en los bufets de los hoteles, que compraba chocolatinas y que me comía las patatas del minibar", asegura con humor.

Los pudorosos: Bustamante y Terelu

En el otro extremo tenemos a otros que prefieren que su felicidad pase más desapercibida. Así está el caso de Bustamante y Terelu, que prefieren ir a la playa algo más tapados que el resto de bañistas. El pasado verano pudimos ver al de San Vicente de la Barquera bañándose con camiseta. También es experta en eso Terelu, que se pasó todo un verano con burkini.

Los del táper: Los duques de Palma

No hay mayor placer que el de pasar la jornada entera en la playa comiendo bocadillos y tentempiés en un táper. Ser un dominguero es un 'placer culpable' que asumen con entereza los Duques de Palma. Los Urdangarín han cambiado los restaurantes de lujo por los bocadillos de tortilla, la nevera con refrescos y la fruta guardada en una fiambrera.

Los nudistas: Quim Gutiérrez

Algunos veraneantes prescinden del bañador y prefieren vivir el verano en absoluta libertad. El nudismo cada vez cuenta con más adeptos, y es que se evitan marcas antiestéticas a la vez que se disfruta de una comunión absoluta con la naturaleza. En España contamos con varias celebridades naturistas pero, sin duda alguna, la que más gusta es Quim Gutiérrez, que promocionó esta práctica desde la portada del Cuore.

Las MILF y los PQMF: Mariló Montero y Rodolfo Sancho

¿A quién no se le ha ido la vista tras un escultural muchacho que luce torso mientras juguetea con su hijo? ¿Y quién no ha fantaseado con las bondades turgentes de algunas madres de familia que se broncean con sus hijas veiteañeras? Mariló Montero, que bien podría ser una más de la pandilla de su primogénita, o el actor Rodolfo Sancho lideran esta tipología 'hot'.

Los tanoréxicos: Ronaldo y Lomana

Existen en todas las playas esos veraneantes que aprovechan hasta el extremo cada rayo de sol transformando su color de piel en otro varios tonos más oscuros. Entre estos famosos adictos al bronceado extremo destacan mi queridísima Carmen Lomana o el recientemente proclamado Campeón de Europa Cristiano Ronaldo, que se entregan a Lorenzo como si no hubiera un mañana.

Los anti-sol: Alaska y Mario

En el extremo opuesto encontramos a esa gente que huye de los rayos de sol como si fueran vampiros y aprovechan las últimas horas del día para ir a la playa o a la piscina, que es cuando la temperatura resulta más agradable. Los mejores embajadores de esta práctica son Alaska y Mario, que no se dan un chapuzón hasta que no dan las ocho de la tarde.