La prensa de crónica social acostumbra a analizar solterías, casamientos y divorcios. Oteradas, portando una vez más la bandera de la vanguardia en el periodismo nacional e internacional, aborda hoy el otro estado civil: la viudedad. Nuestras famosas viven el luto por la pérdida de sus cónyuges de diferentes (y muy respetables) maneras. En un ejercicio de sana frivolidad pero con absoluto respeto por su trance y la memoria de los finados las examinamos:
Desdicha-Chic: Divinas de la muerte
La elegancia y estilo con el que Isabel Preysler ha llevado los sepelios por su marido, el ex ministro socialista Miguel Boyer, ha causado sensación entre los compañeros de la prensa. La reina del alicatado evidenció que no sólo destila ‘charm’ en cócteles y recepciones, sino también en los momentos más duros de su vida. Las imágenes del luto de la filipina recuerdan un poco al funeral de Kennedy. En aquella ocasión, su viuda, Jackie, sorprendió al mundo por la elegantísima manera con la que sobrellevó el dolor. Un duelo de Alta Costura.
En la misma tipología podíamos incluir a Carmen Lomana. La directora de la academia de ‘Las joyas de la Corona’ protagonizó en el Magazine del diario ‘El Mundo’ un editorial de moda. "Yo intento estar lo más alegre que puedo después de lo que me ha tocado vivir. Me costó salir del hoyo, durante un año no escuchaba música, me regodeaba en mi dolor", declaraba la célebre socialite.
Las malvadas: retomando el mito de la viuda negra
Yoko Ono, viuda de John Lennon, y Courtney Love, esposa de Kurt Cobain, lideran esta tipología. No estuvieron implicadas en las muertes de sus esposos pero de alguna manera la sociedad las culpa de su muerte. Conviene recordar, en defensa de la inocencia de estas dos mujeres, que al líder de los Beatles lo mató un fan desequilibrado y el de Nirvana se suicidó tirándose un tiro en la sien.
Viudas dolientes: el caso de la Pantoja y de Carolina
Finalizamos este recorrido por el luto famosil con las plañideras del colorín: Austeras y ‘bernardalbianas’ (que me perdone García Lorca por el neologismo) convierten la pérdida de sus maridos en el centro de sus existencias. Isabel Pantoja ejerció de ‘viuda de España’ durante casi una década llorando por los rincones por la muerte de Paquirri. A día de hoy sigue lagrimando cuando canta aquello de “Ese barco velero cargado de sueños cruzó la bahía” de su hit intergaláctico ‘Marinero de Luces’.
Carolina de Mónaco también entraría en este grupo. La princesa monegasca vivió con dolor ‘folclórico’ la trágica muerte de su segundo marido, Steffano Cashiragui. La diva del Principado lloró por los palacios y las portadas y su drama fue tal que hasta perdió el pelo durante una temporada. Tardó varios años en volver a sonreir y todos coincidimos que desde aquella pérdida no volvió a ser la misma.