¡Son unos hijos de... papá y mamá!

divinity.es 26/12/2012 13:21

Seguro que usted conoce alguien que ha perdido un poco los papeles al tener hijos. Probablemente le haya pasado a usted misma/o. Hasta cierto punto es comprensible confundir el desear lo mejor para los propios niños con gastar dinero innecesario. Por suerte, a la mayoría de los padres les puede la razón y finalmente se centran en dar amor a sus hijos, en lugar de lujos innecesarios. Pero los famosos no son como la mayoría, y sus cuentas bancarias les permiten extralimitarse sin control con sus pequeñuelos. Veamos algunos casos:

Mariah Carey es excesiva y caprichosa en todo lo que hace. En sus estancias en hoteles y camerinos, exige que las tapas de los inodoros estén sin estrenar, por ejemplo. Con los traseros de sus hijos tiene parecida obsesión. En lugar de utilizar la clásica crema anti rozaduras de pañal, compra La Mer, una crema hidratante que cuesta 1900 dólares. Calculen ustedes el dineral que gasta la cantante en los culos de sus retoños.

Antes de nacer sus mellizos, Mariah y su marido Nick Cannon, advirtieron que dispondrían de una habitación en la mansión que poseen en Bel-Air, California, y otra habitación en su lujoso apartamento de Nueva York para ellos. Estas habitaciones estarían dotadas con Ipods con diamantes incrustados, para escuchar todo tipo de música, y una televisión de plasma, además de innumerables animales de peluche y cómodas sillas y sofás a medida. Las cunas de los gemelos estaban valoradas en unos 2.000 dólares.

Al mostrar las estancias a la prensa, Mariah Carey puntualizó: "Quería crear un bonito, tranquilo y acogedor ambiente para los bebés. Todo combina, pero las piezas están individualizadas para celebrar a los gemelos como entidades individuales".La artista comentó también que educar a sus hijos "Va a ser una delicada balanza entre criarlos entre el brillo y el glamour y mantenerlos con los pies en el suelo".

Jennifer López también tiene mellizos, y ya desde su nacimiento dio muestras de una preocupación más allá de lo saludable por la forma de tratarlos. Aunque no pertenece a la Cienciología; a la hora del nacimiento decidió seguir determinados consejos de este movimiento. Se empeñó en que debía haber un completo y total silencio. Ni siquiera se permitió a sí misma hablar, gritar o mostrar emoción alguna con palabras. Su particular preocupación parece que va en un sentido espiritual y relajante de entender la crianza.

Les pone a Max y Emme música especial para que descansen y no se estresen. Cuando nacieron les compró una cuna con diamantes, rubíes y zafiros incrustados por las que pagó 120.000 dólares por cada una. Quiero pensar que por el carácter místico de las piedras preciosas, porque tampoco alcanzo a entender qué necesidad hay. Aunque en el caso de JLo y sus retoños es todo un suma y sigue: Por ejemplo, alquiló el palacio de Versalles, para la celebración del segundo año de vida de sus gemelos; y en otra ocasión, gastó más de 50 mil dólares en la tienda Petit Trésor en un sólo día. Tienen masajistas particulares, un ejército de nanas y hasta ponies Shetland para pasear. A esto hay que añadir que para vestir a sus niños, lo habitual es hacerlo con la línea Gucci infantil… Y así todo el rato sin parar.

La niña sobradamente mimada por antonomasia es Suri, la hija de Tom Cruise y Katie Holmes. En una ocasión vivió un drama excepcional: Estaba a punto de embarcar en un helicóptero con su mamá, cuando de pronto, se dio cuenta que le hacía falta su amada mantita de Little Giraffe (un must en los hijos de celebrities). El berrinche fue tal, que el cuerpo de seguridad de la se movilizó hasta localizar la manta. Cuando por fin se la llevaron pudieron despegar a su destino y Suri viajó feliz y tranquila.

Pero Suri es ante todo, un icono de la moda infantil. Lleva vestidos, zapatos y bolsos de Salvatore Ferragamo, Burberry, Ralph Lauren, Christian Louboutin o Armani. Aseguran que posee una réplica de un coche de carreras, que habría costado 30.000 dólares, y una casita de muñecas de la firma Posh Tots, de 20.000 dólares. Tom Cruise le regaló 5 millones de dólares al cumplir 5 añitos y aseguró que haría lo propio en cada cumpleaños, hasta que fuera mayor de edad. Cuando sus padres aun estaban juntos, decidieron hacer un viaje con tienda de campaña a lo largo de Estados Unidos, para educar con normalidad a su la niña. Para conseguir esta normalidad, viajaba con ellos un consejero espiritual de la iglesia de la Cienciología, asesorando, ayudando a que todo resultara “habitual”. Un contrasentido, vamos…

Otros que dedican dinerales a complacer a su prole son los Beckham: La pequeña Harper Seven, también es toda una trendsetter a costa de ropa carísima y complementos de carísimas firmas. Pero sus hermanos, no se quedan atrás: Brooklyn Beckham recibió con diez años una reproducción del Porsche 550 1500 RS Spyder, de 1995, valorado en unos 75.000 dólares, con motor real.

Para celebrar el cumpleaños de Brooklyn, sus padres alquilaron El Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, que es en realidad el castillo de Alnwick, ubicado en Northumberland al noreste de Inglaterra. Aunque lo más raro para estos niños debe ser ver cómo una persona abre los regalos de Navidad de la familia, previo (o tal vez posterior) pago de 1.800 euros.

Los Brangelina también tienen una peculiar forma de satisfacer las infantiles necesidades de sus hijos: Obsequiaron a Maddox, al cumplir 7 años, con un auténtico huevo Faberge, una pieza de colección, diseñada para zares y la aristocracia rusa.

En una ocasión, fueron a comer a una pequeña pizzería de la ciudad de Springfield, en Missouri, localidad natal de Brad Pitt. Los dueños del local, decidieron cerrarlo al público y reservarlo para los actores y su progenie. Al parecer, Maddox, Pax, Zahara, Shiloh, Knox y Vivienne empezaron a destrozar el local subiéndose a las mesas, rompiendo el mobiliario, tirándose la comida... Según se supo después, no era la primera vez que lo hacían, ¡y en ese mismo restaurante!. Mientras tanto, Angelina y Brad seguían comiendo tranquilamente sin hacer caso a las locuras de sus críos. Todo indica que esta debe ser una conducta habitual.

Cuando Brad Pitt estaba grabando la película "Moneyball (Rompiendo las Reglas)", Angelina Jolie, y los seis hijos se instalaron en el hotel Claremont de Berkeley, California, para estar cerca del actor. Decidieron reservar el spa del hotel sólo para que los pequeños se relajaran, exigiendo un letrero de "En reparación" en la piscina para que pudieran disfrutar sin ser molestados por los huéspedes.

Precisamente la ex de Pitt, la también actriz Gwyneth Paltrow tiene dos hijos con el cantante Chris Martin: una niña que se llama Apple porque "las manzanas son tan dulces, suena adorable, limpio y es bíblico" y un hijo, Moses (Moisés), que también es el título de la canción "Moses" Chris dedicó a Gwyneth antes de su boda. Ella descubrió que su familia procede de una larga línea de influyentes rabinos de Europa del Este y esto le hizo reconsiderar como quería criar a sus hijos, y decidió que incluiría en su educación, pinceladas de la fe judía. Tal vez sigan algunas tradiciones como respetar el Sabbath, mantener una casa kosher o celebrar algunas festividades, el caso es que el matrimonio se decidió por una educación en esceso esmerada y estricta para Apple y Moses.

La actriz estuvo buscando un profesor particular para los niños, que estuviera especializado en humanidades, sobre todo cultura griega y latina; aunque también idiomas (chino y castellano incluidos), tenis y pintura. Se dijo que estaban dispuestos a ofrecer un salario de más de 65.000 euros al año, y también gastos de viajes por EEUU incluídos, alojamiento en un apartamento en Londres, uno de sus coches y nueve semanas de vacaciones al año.

No sé si encontrarían a esa persona en cuestión, pero querer hacer de los niños unos cerebritos, tal vez pueda causar cierta frustración, a los niños y también a los padres. Me da que educar con cordura a los niños, no depende tanto del dinero como del sentido común. Aunque es una mera intuición; como nunca manejaré semejantes fortunas, me temo que no podré comprobarlo jamás.