If you are going to San Francisco
“Si vas a San Francisco, asegúrate de llevar flores en la cabeza.” Con esta frase inauguraba Scott McKenzie, hace más de 40 años, el llamado “flower power” en aquella California del amor libre, los pelos largos y el no a la guerra, entonces de Vietnam. Una ciudad y una canción, San Francisco, que han visto con los años como aquel movimiento hippie se perdía en esa caótica amalgama de estilos y subculturas que fue la segunda mitad del siglo XX.California despide al cantante, que no autor –el tema es de John Phillips, de Mamas and the Papas-, que elevó la canción a la categoría de himno. Mckenzy ha muerto un 18 de agosto de 2012 en Los Ángeles. En Divinity queremos rendirle homenaje a él y a un movimiento que ha dejado innumerables ‘looks’ para la historia de la moda. Repasamos los ‘imprescindibles’, además de las flores, que no puedes olvidar si vas a San Francisco. Desde la bandana de Jimi Hendrix hasta las gafas de Lennon.Los vestidos de Janis Joplin
Largos, sueltos y vaporosos, llenos de flores, con estampados psicodélicos y de todos los colores… Así era la prenda femenina por excelencia que reinaba en la moda de cualquier parque de San Francisco a finales de los 60. Podría dibujarse el mapa de aquella generación sobre la tela de un vestido de Janis Joplin. Ese vestido se rasgó un 4 de octubre de 1970 en Los Ángeles, por una sobredosis de heroina, escribiendo su nombre en el club de los 27, por la edad a la que murió.La bandana de Jimi Hendrix
También muerto a los 27 por culpa de una vida entregada a los excesos y las drogas, su pañuelo atado a la cabeza fue un símbolo de libertad, lucha racial y enfrentamiento frontal a la Guerra de Vietnam. La misma bandana que se convertiría en la prenda fetiche de aquellos veteranos de Vietnam, olvidados tras la Guerra, inmortalizados por Tom Cruise en aquella ‘Nacido el 4 de julio’ de 1989 o Gary Sinizie en ‘Forrest Gump’.La barba del 'Rey Largarto'
Fue el más particular de los cantantes de la época; el más histriónico y excéntrico; el más excesivo. De lo más profundo de su frondosísima barba nacieron temas como Light my fire, Peaple are strange, o The end, que hicieron volar –literalmente, por culpa de las drogas-, a toda una generación de jóvenes a finales de los 60. A él se lo llevó esa vida alucinógena llevada al límite, en 1971, poniendo su nombre en la negra lista del club de los 27.'Hair', el pelo largo y sin domar
Treat Williams se convertía en mito en aquella versión cinematográfica de Milos Forman del musical hippie, al cortarse el pelo por su amigo. La pérdida de un símbolo del que manaba el espíritu libre de aquella generación y que al personaje de la historia le acaba costando un viaje forzoso a la Guerra de Vietnam. Quizá el ‘imprescindible’ por excelencia del look hippie. No puedes serlo sin una buena melena (a ser posible algo descuidada y sin arreglar).Flecos, jeans y botas de cowboy... El folk y el rock sureño
El punto folclórico del movimiento hippie lo ponían el rock sureño y la música folk y, con ellos, su indumentaria, cargada de flecos, jeans y botas de cowboy. Aquellos Creedence, The Band, Crosby, Stills Nash and Young, The Mamas and the Papas, Bob Dylan o el propio Scott Mckenzie, pusieron la banda sonora a todo un movimiento, con letras inmortales como Fortunate Son, Blowing in the wind, The weith o California Dreaming.Las gafas de Lennon
Empezaron como grupo británico para adolescentes y en pleno auge sufrieron un giro radical hacia la filosofía hippie, las drogas y la psicodelia. Y de los cuatro, el que más lejos llegó en aquel viaje hacia la ‘libertad’, fue John Lennon, quien vivió los útimos años de su vida – antes de ser asesinado en 1980-, una verdadera epifanía junto a Yoko Ono. Quizá su mutación en un ser casi mesiánico se debiera a que a través de esos dos diminutos cristales redondos, el mundo se veía de una manera muy distinta a cómo era.El espíritu de Joan Baez, la filosofía de Bob Dylan
Y si la indumentaria es importante, no menos lo son el espíritu y la filosofía de la época, resumidas mejor que en ningún otro sitio, en las letras de Bob Dylan y Joan Baez. Canciones como “The times the are a-chingin” o “Blowing in the wind” que hicieron creer a toda una generación de jóvenes, norteamericanos primero, y después en todo el mundo, que de verdad los tiempos estaban cambiando. Como logro de aquellos melenudos, siempre quedará el haber encendido la mecha de un ‘no a la guerra’ que, aquella vez sí, obligó al gobierno a salir de una guerra que podría haber ganado en la jungla de Vietnam, pero no en la de la opinión pública. Después llegaron los 70, el rock duro, la expansión de las drogas y el ideal hippie fue degradándose poco a poco hasta casi desaparecer. Para los nostálgicos, siempre nos quedará Woodstock.