Lourdes Montes sorprendió a todos ejerciendo de 'primera dama' del palco de la Plaza de Toros de Ronda en la tradicional corrida de toros goyesca que su novio protagoniza cada temporada. Era la primera sin su tía, recientemente fallecida, y sin la Duquesa de Alba, enfadada con él por el juicio por la cusodia de su nieta. Ya hace poco más de un año que Lourdes se convirtió en objetivo de los paparazzi y en este periodo de tiempo se ha transformado flashazo a flashazo.
La que hace poco tiempo era una chica normal de Sevilla, abogada de profesión y opositora por dedicación, ha ido sofisticando poco a poco su estilo con el paso de los meses. Mientras antes acostumbrábamos a verla de plano y con un look muy asequible, ahora no se baja de los tacones y el presupuesto de su moda ha subido unos cuantos euros.
El look de la bella sevillana ha evolucionado especialmente a la hora de elegir atuendo para ir a la Plaza de Toros. Si antes solía tirar de jeans con camiseta, de forma totalmente casual, ahora visita los alberos con conjuntos sofisticados y donde no falta un complemento. Pulseas, gargantillas, fulares y bolsos de más de cuatro ciras. Viva el festival del complemento.
Cambio de vida
Lourdes no sólo ha cambiado su aspecto, también parece haber modificado de forma integral su planteamiento de vida. La novia de Francisco Rivera Ordóñez, ha dejado su trabajo en un despacho de abogados y su preparación para unas oposiciones a la Junta de Andalucía para echar una mano dos días por semana en el despacho de Manuel Borrego, amigo y socio de Fran Rivera, con el que tiene creada la empresa F4M&R Consulting. Y no sólo eso. A Lourdes parece haberle gustado el mundo del showbussines y ya ha hecho su primer posado ‘fashion’ para la revista Elle.
Esta decisión según se cuenta en Sevilla ha sentado como un tiro a la familia de la bella letrada. De hecho la madre de Lourdes ya tuvo problemas en aceptar que su niña saliese con Fran. Esto no parece haberle importado a la abogada que declaraba desafiante este verano: “Es verdad que yo me he arriesgado, lo reconozco, y de momento no me arrepiento, porque para querer hay que asumir riesgos”, explicaba.