Colin Farrell, de chico rebelde de Hollywood a padre devoto

Colin Farrell sabe lo que es tener una vida intensa. Está en un momento glorioso de su carrera, nominado al Oscar a Mejor Actor por su interpretación en “Almas en pena de Inisherin”, y tras haberse alzado ya con la Copa Volpi en el Festival de Venecia y el Globo de Oro. Pero el camino hasta la madurez personal y el reconocimiento profesional ha estado lleno de altibajos, pasando de ser el chico rebelde de Hollywood a un padre devoto y actor de prestigio. Los extremos de este camino transitan por el alcoholismo, los fracasos en taquilla y un hijo con una enfermedad genética

Una carrera brillante y complicada

De origen irlandés, Colin Farrell siempre ha sido considerado como uno de los mejores actores de su generación. Pero, al mismo tiempo que sus películas alcanzaban proyección y fama, también lo hacían, sus escándalos y continuos romances. Desde finales de los noventa, se dedicó a encadenar éxitos de taquilla como “Minority Report”, “Veronica Guerin” o “Una casa en el fin del mundo”.

El momento crítico llegó con “Alejandro Magno” en 2004, una superproducción en la que Farrell compartía el protagonismo con Angelina Jolie (no faltó el romance entre ambos) y que fue todo un fracaso de crítica y taquilla. Colin Farrell salía muy mal parado, y fue un duro golpe que se unió a las adicciones que le traían de cabeza. Haría falta un internamiento para superara su alcoholismo, nuevas oportunidades profesionales y dos hijos (uno de ellos enfermo) para que volviera a encauzar su vida y su carrera.

Las oportunidades volvieron poco a poco y no solo consiguió no dejar de trabajar, sino que estamos a punto de verle subir al escenario de Teatro Dolby de Los Ángeles para recoger el premio más importante de la industria cinematográfica. 

Alcohol y romances encadenados

La vida personal de Colin Farrell no pasaba desapercibida y le ha pasado factura en lo profesional. En lo referente a sus relaciones amorosas, hay nombres destacables como Demi Moore, Britney Spears o Paris Hilton. No faltó ni la filtración a la prensa de un video íntimo con una de sus parejas, que solo ayudó a convertirle en objeto de más burlas. Su adicción al alcohol, además, favorecía salidas de tono que se hacían públicas. 

Por suerte, Farrell supo parar a tiempo e ingresó en una clínica de desintoxicación tras rodar “Miami Vice” en 2006. El actor admitió que desde los catorce años siempre había estado drogado o borracho, y que abandonar sus adicciones fue muy duro, pero sabía que tenía que hacerlo porque se estaba muriendo. De hecho, se considera un afortunado por haber elegido el mejor camino y ser capaz de mantenerse en él. Su motivación por mantenerse sobrio es tal que en 2018 volvió a ingresar en una clínica en Arizona de manera preventiva. 

Un padre devoto y entregado

Colin Farrell es padre de dos hijos: el más pequeño es Henry, fruto de su relación con la actriz Alicja Bachleda-Curuś, y el mayor es James, que tuvo junto a la modelo Kim Bordenave. James padece el síndrome de Angelman, una enfermedad genética que afecta al sistema nervioso. Como consecuencia, tiene graves retrasos, tanto en el desarrollo psicomotor como en la capacidad intelectual y lingüística. 

Poco después del nacimiento de James, Colin Farrell sabe que tiene que parar su ritmo desenfrenado, ocuparse de su salud para poder cuidar la de su hijo, y centrarse en una carrera profesional que le apasiona. A día de hoy sus esfuerzos han dado sus frutos, sigue sobrio, en lo alto de su carrera y pasa todo el tiempo que puede con sus dos hijos.