Lo de las cangrejeras no es sólo una evolución, ha sido una verdadera revolución. Era la sandalia de los mariscadores, también la que usaban los niños para ir la playa y bañarse en los ríos. Un martirio estético y para los pies que había que sufrir por imposición materna o profesional. Apenas queda nada de aquellas Hobesky de color carne en los nuevos modelos interpretados, entre otros, por la firma Saint Laurent.
Y no se trata sólo de que el diseño se haya hecho más atractivo, es la mentalidad de la calle la que ha cambiado su percepción. Empezaron tímidamente, igual que las ‘flip-flop’, a formar parte del ‘look’ del público más excéntrico de la moda que pareció encontrar un tesoro en las transparentes y las de color negro. Hoy las usan hasta quienes tienen un estilo conservador y éste es el primer paso para que una prenda se transforme en todo un clásico.
Kylie Jenner se ha convertido en una verdadera defensora de este calzado que, no nos engañemos, en días de mucho calor es poco práctico. Para salvar el escollo del bochorno que el plástico puede provocar en los pies, la hermana de Kim Kardashian las usa con calcetines. Un complicado ‘outfit’ que encaja difícilmente con una mujer estilosa.
Las marcas se han puesto las pilas y, sin dejar de lado las transparentes y las negras, las han fabricado en todos los colores posibles. Las encuentras en tonos flúor, vitamina, pastel o blancas opacas. Para algunos diseñadores y marcas de calzado se han convertido en su seña de identidad, como para Elena Gallego o Melissa, que llevan años incluyéndolas en sus colecciones, desde que no eran más que una rareza.
Esta temporada los escaparates de casi todas las tiendas de ‘mass market’ se han llenado de cangrejeras con tacón. Se trata de un tacón muy cómodo, medio y ancho. Son una reedición de un modelo que la firma Camper fabricó en los años 90. Se han actualizado tiñéndose en los colores más ‘candy’ del verano y a ellas se han apuntado ‘celebs’ como Elle Fanning.
Aunque a veces es la calle la que adopta la moda de la pasarela, en otras muchas ocasiones lo que sucede en la calle trasciende a la pasarela. Cuando las firmas de moda detectan una tendencia, rápidamente la transforman y la reinventan en un producto nuevo que se convierte en objeto de deseo. Con el fenómeno de las cangrejeras ha sucedido: ya el pasado año aparecieron en forma de botín de piel firmadas por Phillip Lim y el taconazo viene de la mano de firmas como Saint Laurent, Marc Jacobs o Pierre Hardy.
Pero llega un momento en que todo se desvirtúa. Cuando además de añadir un tacón de aguja, se fabrican en piel, se llenan de cristales, tachuelas y otros adornos, como en el caso de las interpretaciones de Valentino y Zara, poco queda de aquella chancla original con la que los niños bajaban a la playa y que los mayores usaban para mariscar.