¿Por qué al ver las redes piensas que todos tienen una vida más interesante que tú? Hablamos con psicólogos

Elsa Alonso 27/08/2017 16:21

Es difícil encontrar una persona que no tenga Instagram, Facebook o Twitter. Estamos tan pegados a las redes que ya no concebimos una puesta de sol sin un móvil a mano o una fiesta de amigos sin la retahíla de filtros preinstalados de Instagram para mejorar las fotos. Este fenómeno lleva muchos años formando parte de nuestras vidas.

Un estudio realizado por universidades alemanas concluye que ver las fantásticas vidas de los demás puede provocar envidia, frustración, sensación de soledad y enfado. Por otro lado, el estudio 'Envy on Facebook: A Hidden Threat to Users' Life Satisfaction?' determina que una de cada tres personas se siente peor y más insatisfecha con su vida tras visitar las redes sociales, incluso llegando a experimentar depresión.

Entre la parte real e inventada en las redes, la falta de autoestima

"La depresión es solo la punta del iceberg de todo este proceso en el que confluyen varios factores, todos ellos causados por una falta de autoestima", explica Ana Ocaña, psicóloga clínica.

O bien porque son adolescentes y están en proceso de formación de la autoestima, o bien porque son adultos que no han construido bien el concepto de sí mismos, "tienden a comparar la realidad de su día a día con el trozo de vida que ven de los demás por las redes sociales, algo totalmente maquillado", reflexiona Ocaña.

La sociedad está consolidando su autoestima en base a valores externos. Es decir, "soy valioso en función de lo que opinan los demás de mí, de lo que dan importancia los demás o de cuánto gano, y no solo en función de lo que opino yo de mí mismo", aclara la psicóloga Ana Ocaña.

Por ello, cuidamos tanto la imagen que ofrecemos de nosotros mismos en las redes sociales: "Construyo de mí una imagen mejor y más bonita para sentirme mejor conmigo mismo", dice Ocaña. "Sin embargo, cuando nos ponemos a valorar las fotos de los demás, no caemos en la cuenta de que también han puesto su 'mejor cara' y que es absurdo compararlo con nuestra realidad".

La falta de honestidad de las redes sociales, el relativo anonimato que se vive en las mismas y la distancia física y emocional que se mantiene entre los usuarios estimulan esa cultura online basada en el impresionar, que acaba "distorsionando la interpretación cognitiva de muchos", en palabras de Ocaña.

¿Qué hacer si te supera la situación?

El círculo vicioso en el que confluyen instaphotos, falta de autoestima y depresión puede recrudecerse si no le paramos la rueda. Según la psicóloga, cortar de raíz es un error: "mucha gente borra su perfil de las redes sociales para no mirarlas, pero esto es como poner una tirita a una herida que está infectada. No lo ves, pero sabes que está ahí y la necesidad de mirar las redes de los demás no va a desaparecer porque no las mires".

En estos casos, es mejor hacer terapia: "Dependiendo de la persona, recomendaría alguna sesión de psicoterapia. No hacen falta muchas sesiones para colocar tu autoestima. También es bueno hacer ejercicios de crecimiento y desarrollo personal. No se puede obviar que vivimos en un mundo digital, pero nosotros somos de carne y hueso y está en nuestra mano saber discernir entre realidad de lo imaginario para no hacernos daño", explica.

"Es muy importante trabajar habilidades sociales, relacionarse con actividades sanas, tener amistades reales, hacer actividades al aire libre, utilizar las redes de manera correcta, en conclusión, conectarse con la vida de este modo tendremos la capacidad de separar la esfera privada de la pública y recuperaremos la intimidad y dejaremos de estar pendiente de lo que hacen los demás", añade Millie Soria Claros, del Centro Psicogoya.