1- Adopta como alimentación habitual un elevado consumo de frutas y verduras frescas.
2- Aumenta el consumo de alimentos ricos en fibra: pan integral, pasta integral, arroz integral, legumbres, frutos secos, frutas y verduras.
3- Limita el consumo de carnes y alimentos de origen animal.
4- Realiza o incrementa la actividad física diaria.
5- Limita el consumo de alcohol. Cuanto menos, tanto mejor.
6- Evita los alimentos ahumados, en salazón, braseados y, en general, cocinados directamente al fuego o humo.
7- Escoge los productos lácteos desnatados y las carnes más magras.
8- Limita el consumo de alimentos procesados y sustitúyelos por los frescos o mínimamente industrializados.
9- Toma líquidos suficientes a lo largo de todo el día, preferiblemente agua.
10- Limita el uso de la sal.
Recuerda
- Modera estos alimentos: cereales refinados, carne roja y las carnes procesadas, bebidas azucaradas, comida rápida y bebidas alcohólicas.
- Evita y no cocines de estas formas:
Sustituye las frituras en aceites refinados por otras en aceite de oliva virgen. Pueden producir un elevado número de radicales libres.
Procura no cocinar en barbacoas o en sistemas de cocción sobre el fuego procedente de la combustión del carbón o leña. En su superficie se producen unos compuestos que resultan muy tóxicos.