Pinceladas rosas colorean la ciudad en verano. También la costa, siempre con un aire más vacacional. El color de moda (si dejamos a un lado los flúor) está en vestidos de corte fresco (como el de la foto, de Lavand), en camisolas, en shorts y hasta pantalones largos de lino, esenciales para los cócteles de atardecer en días de brisa.
Pero si lo que te interesa más es insinuar que mostrar, puedes jugar con los complementos, auténticos protagonistas cuando la ropa reina por su ausencia. Puedes convertirte en una Pink Lady con apenas un guiño, como por ejemplo unas gafas de sol (Lacoste tiene un modelo en diferentes tonos de rosa) que protejan tu mirada y le den un aire enigmático.
Otro truco que llenará mucho cualquier look que elijas este estío consiste en jugar con los fulares. Puedes combinar tonos de rosa, jugar con el tipo de nudo, dejarlo suelto, convertirlo en prenda improvisada de abrigo si refresca la noche.
También puedes añadir un detalle distintivo en el color de tu reloj o los pendientes. Ten en cuenta que las manos y la cara son unas de las partes del cuerpo que más atrae las miradas ajenas. Tu cinturón puede ser de igual modo un imán de atención, convirtiéndole en otro punto neurálgico de color (rosa) de tu atuendo.
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