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Nuria Fergó vive un momento dulce. En lo personal, la andaluza comparte su vida con Juan Pablo Lauro, exmarido de Irene Villa, a quien se declaraba abiertamente este verano. En lo profesional, el pasado mes de mayo la artista publicaba su sexto álbum de estudio, 'Con permiso', una compilación de versiones en forma de rancheras para la que ha contado con Ana Belén o su querido Manu Tenorio, entre otros. Y paralelamente, Nuria sigue compartiendo buena parte de su día a día en su cuenta de Instagram. Un perfil que nos ha permitido conocer cómo es el piso de 70 metros cuadrados en el que vive. Sus fans han podido colarse hasta en el rincón más íntimo: el dormitorio de la Fergó.
Del interior de la vivienda, situada en el municipio madrileño de Majadahonda y próxima a la casa de su amiga Chenoa, lo hemos visto prácticamente todo. El espacio principal, el salón con cocina americana integrada, es el cuarto que Nuria ha mostrado más en sus publicaciones y stories: muy luminoso, con toques orientales y el espacio perfectamente aprovechado, es desde donde se graba habitualmente para hablar con sus seguidores, compartir recetas de cocina, hacer deporte, descansar o pasar tiempo con su hija, Martina. La madera y el color blanco están, como en el resto del hogar, muy presentes en él.
Pero es que Nuria ha mostrado también otros rincones más íntimos de su casa. Sus seguidores, que han podido ver hasta el cuarto de baño de la artista (con ventana exterior, bien de blanco nuevamente y espejo con bombillas en forma de tocador), conocen también cómo es el dormitorio de la Nerja, que ha aparecido en varias ocasiones en su cuenta de Instagram. Nuria nunca ha aclarado si la vivienda cuenta con otras habitaciones (o dónde duerme Martina, por ejemplo), pero lo cierto es que la suya es un escenario habitual en algunas de sus publicaciones.
La estancia más privada del piso de Nuria Fergó mantiene las notas habituales presentes en otros de los cuartos: mucha luminosidad gracias a la abundancia de luz natural que entra por la ventana, y apuesta por el blanco y otros tonos claros para ganar en amplitud y limpieza visual. Es el caso de las paredes de la habitación o de buena parte de los muebles que hay dispuestos por la misma, todos de blanco inmaculado, que complementan el tono claro de la madera del parqué que cubre el suelo.
Una gran cama de matrimonio preside el dormitorio de Nuria. Está cubierta con ropa blanca, que contrasta con el gris claro del cabecero y el beige del cubrecanapé, y encima de ella se reparten varios cojines de distintas formas y tamaños, todos en los mencionados tonos cromáticos, a excepción de uno en color mostaza. Anteriormente, Nuria tenía espacio de almacenamiento bajo la cama y algunos elementos turquesa encima de la misma.
Sobre la pared del cabecero cuelgan sendos cuadros con motivos florales en tonos rosados. A la derecha del lecho, mirando de frente al mismo, se encuentran una mesilla, el armario y una cómoda alta, todos en color blanco también. En la pared contraria al cabecero se encuentra un gran espejo vertical, que nos permite conocer en detalle el cuarto y que, a semejanza de lo que hace su amiga Chenoa con el de su dormitorio, permite a la artista mostrar sus looks.
Pero es que, además, la habitación de Nuria cuenta con una zona de trabajo, una especie de minidespacho en el que la andaluza organiza cuestiones laborales. Situada entre la ventana y la cama, incluye un pequeño escritorio en cristal con la estructura en blanco, sobre el que la Fergó suele colocar su ordenador y que decora con ramos de flores o alguna planta.