Si una boda real se televisa es por algo. Más allá de su trascendencia política, que alguien de la realeza, ya sea Letizia, Alberto de Mónaco, Diana de Gales o Meghan Markle, se dé el ‘sí, quiero’ es un acontecimiento para el pueblo. Porque los novios son historia del papel couché. Porque hemos visto crecer a todos y cada uno de los invitados ‘royal’. Porque nunca está de más darnos un buen atracón de protocolo. Y cuando esto sucede, aunque sea una vez cada diez años, en divinity.es siempre nos volcamos.