En los últimos 90 y los primeros 2000 lo fue todo en la tele. Empezó en este mundo de la mano de 'Hermanos de leche'. Hizo sus pinitos en las series adolescente con 'Compañeros'. Los 45 capítulos de 'Policías, en el corazón de la calle' le curtieron. Y con el personaje de Roberto en 'Aquí no hay quien viva' descubrió lo que implica ser un fenómeno de masas. Pero hubo un momento en el que decidió desaparecer, encontrarse a sí mismo y construir la historia que llevaba diez años queriendo contar.
Su primera película la tituló 'A cambio de nada', y con ella se ganó el reconocimiento de la industria con un nuevo rol revelación: el de director. Daniel Guzmán fue el primero en ver el talento de un Miguel Herrán que por entonces no le veía sentido a la vida y que hoy goza de tal éxito que ha llegado a considerarlo destructivo. Pero este debut en el largometraje no cambió su forma de ver el mundo. Hoy, este cineasta que creció en Aluche goza de la misma tranquilidad de la que tanto disfrutó antes de que en 2016 lo petase con esta cinta rompedora tanto en forma como en contenido.
Y no, tampoco ha perdido el sentido del humor, ese que le ha permitido reírse de sí mismo al recordar cómo fue su primera vez en televisión. A raíz de un post compartido por los compañeros de Teleaudiencias, el actor ha podido echar la vista atrás y verse en su primer trabajo público, que no fue otro que 'Crónicas urbanas', una serie en la que, en tono de falso documental, se contaban los grandes hitos del fin de siglo.
Es complicado reconocer a ese jovencísimo Daniel Guzmán que por entonces apenas superaba la mayoría de edad. "Madre del amor hermoso", ha reaccionado vía Twitter, la única red social que mantiene activa. Sus amigos, compañeros de profesión y seguidores anónimos han opinado sobre estos inicios, celebrando el marcado rollazo del cineasta cuando se estrenó en la interpretación. "30 años no son nada", "maravilla" o "el matón del barrio" son algunas de las frases que han utilizado para comentar ese estreno como actor que ahora recuerda con tanto cariño.
Luis Tosar volverá a ser el protagonista de su segundo largometraje, que llevará por título 'Joaquín González' y que será una oda a la mentira como forma de supervivencia. En el reparto, repitiendo esa búsqueda por la inocencia y la frescura de los actores noveles, ha rebuscado para dar con tres protagonistas anónimos que, de repetirse la historia, podrían convertirse en una nueva revelación y seguir los mismos pasos que Miguel Herrán, al que convirtió en una estrella.