Hace un año que lo petó con 'Downtown'. En estos doce meses, le ha dado tiempo a acercarse a los 40 millones de followers en Instagram, a colaborar con Maluma, Rita Ora o Becky G y a conseguir el título de diva del reggaeton. Pero como ella dice, "detrás de esto hay mucho trabajo, bebé". Anitta sabe lo que es que no te conozca nadie. Intentar dedicarte a la música y que la cosa no cuaje. Pero gracias a esto, la cantante de 'Vai Malandra' ha aprendido a no fiarse de cualquiera. Hablamos muy dCerca con Anitta sobre el éxito, el fracaso, la fama, las operaciones estéticas y el machismo (o no) que hay detrás del reggaeton.
Anitta es la mujer explosiva, la artista. Detrás de esta cantante a la que parece que las críticas le están de más está Larissa, su nombre real. La que no se separa de su hermano en cada entrevista. La que intenta cada día no perderse con tanta gente elogiándola a su alrededor. Su paso por España está siendo agotador. Mucha entrevista y aún más 'Red Bull'. Todo para promocionar 'Kisses', su nuevo álbum con el que lo está petando desde su lanzamiento mundial. Sin embargo, Anitta tiene claro que "un fenómeno como este no se repite siempre".
Desde que su carrera se catapultó con 'Downtown', a Anitta le ha tocado convivir con los haters. Si buscas su nombre en Google, las noticias pasan de definirla como musa del feminismo a tacharla de ser la mujer más machista de la industria. Ella tiene una respuesta clara para todos los que dicen que sus videoclips solo cosifican a la mujer. "Me gusta usar mi sensualidad y mi cuerpo, y ahí está el feminismo, en que las mujeres no juzguen las actitudes de las otras. No hay una forma de ser mujer", nos cuenta en la entrevista que puedes ver en el vídeo.
Anitta no lo niega. "Yo me hice muchas cirugías plásticas, toda mi cara es de mentira", confiesa. Y solo por esta anécdota merece escuchar lo que pensó cuando decidió pasar por primera vez por el quirófano. Según ella, antes de petarlo en la música era un crack en el Photoshop. Todos sus posados de Instagram pasaban por la aplicación. Pero ya estaba harta y decidió ser como quería para siempre. "Yo ya era feliz antes, quise cambiar y cambié". Eso sí, "para la celulitis no hay cirugía, bebé". De ahí que en 'Vai Malandra' quisiese hacer un alegato 'body positive' mostrando esa esencia de la Larissa que hay detrás de Anitta.