Aunque todo parecía fácil y el deseo de Bulut es quedarse a vivir con su tío Ferit, los documentos entregados por Asuman inclinan la balanza en favor de Demet. El juez le entrega la custodia y el pequeño se ve obligado a irse a vivir con su tía.
Tras dejar a Bulut en casa de Demet y Hakan, Ferit queda destrozado. La idea de que el pequeño sufra le agobia. Necesita desahogarse y Nazli es la persona con la que se sincera llevándola al único lugar que le reconforta. Y allí, inesperadamente, Ferit se muestra especialmente amable con la cocinera. "Eres guapa", le dice justo antes de pedirle que siga a su lado y trabaje para él.
Aunque desde el accidente de su hermano ha intentado acercarse a Bulut y se ha mostrado como una tía preocupada y volcada con el pequeño, tras conseguir la custodia las cosas cambian. Demet deja en manos de dos cuidadoras al pequeño, que se muestra irascible y caprichoso. Incómoda con el comportamiento de su sobrino, Demet accede a todas sus peticiones. "Eso no es un niño, es un monstruo", le dice a Hakan.