Después de pasar su primera y romántica noche juntos, Sanem se pone nerviosa. ¿Alguien les habrá visto? ¿Qué pensarán sus compañeros si la han visto dormir abrazada a Can? La irrefrenable atracción que siente por el fotógrafo la está volviendo loca pero no puede seguir adelante. Sus mentiras son una barrera infranqueable entre ellos. Sanem vuelve a huir.
Sin embargo, ya no hay marcha atrás. Lo suyo es más que evidente y Polen no se lo va a poner nada fácil a la asistente y trata de convencer al fotógrafo de que no le conviene salir con una chica de su clase. Él no la escucha. Esta seguro de que Sanem es diferente a todas las mujeres que han pasado por su vida y quiere seguir adelante.
El fotógrafo ya no puede más. Está cansado de las constantes huidas de su asistente. Ha llegado el momento de desvelar la verdad. Él es el albatros, el hombre que besó a Sanem y por el que ella se volvió loca de amor. Confesarlo será la única forma para que no vuelva a escapar y se quede a su lado. Con mucho cuidado prepara una cita. Ella no sabe con quien va a encontrarse y cuando aparece Can, se deja llevar por primera vez. Los obstáculos que los separan se disipan y ¡por fin! llega el esperado beso.