En el último encuentro con Sanem, Can lo ha entendido todo y no puede permitir que se vaya. No recuerda nada de su historia de amor pero, como ya ocurrió la primera vez, la inocencia y la locura de Sanem le han vuelto a enamorar. "He conseguido entender nuestra historia. Si hay algo que sé es que no puedo vivir sin ti. Puede eches de menos nuestros recuerdos pero podemos crear recuerdos nuevos. No te vayas. Dame la oportunidad de ser el hombre más afortunado del mismo. ¿Cuántos se enamoran dos veces de la mujer a la que aman? Podría enamorarme de ti una y otra vez hasta el fin de mis días."
Tras reconciliarse con Sanem, los recuerdos empiezan a volver. El primer beso, el día que rompió el barco, sus encuentros en la casa de campo, los nombres de sus hijos, el día que decidieron recorrer el mundo... Poco a poco, las piezas del puzzle empiezan a encajar en su cabeza. Pero todavía tiene miedo así que decide acudir al especialista, que le confirma lo que él ya sabía. "Sanem es tu mejor medicina". Sin embargo, el fotógrafo prefiere guardar silencio y esperar para sorprender a su chica. Eso sí, primero va a volverla un poco loca.
Después de varias horas jugando con Sanem, Can encuentra la manera de que sea ella misma quien descubra la verdad y se dé cuenta de que por fin ha recuperado la memoria. Pero ahí no terminan las sorpresas. Cuando la escritora no se lo espera, le pide matrimonio de nuevo.
Tras contraer matrimonio y dar la vuelta al mundo, llega el momento más importante en sus vidas. La pareja da la bienvenida al mundo a sus hijos. Sí, a sus hijos. Y es que, tal y como soñaron en el pasado, se convierten en padre de tres niños. Can, Sanem y sus trillizos se convierten en la familia perfecta.