Sanem está muy confundida. Cuando está con Can no ve ese lado oscuro que su hermano Emre asegura que tiene. Con ella, el fotógrafo se muestra muy distinto. Parece un hombre sincero, amable, cariñoso, atento... La imagen que ve ante él nada tiene ver con ese hombre que planea vender la empresa familiar a espaldas de su padre y su hermano. Sin embargo, aunque ella es de las mujeres que se dejan llevar por su corazón, en esta ocasión pueden más las mentiras del señor Emre y se niega a confiar en Can y en la extraña conexión sienten. "No me rompas el corazón y no juegues conmigo. Deja de confundirme".
El feeling entre Sanem y Can no ha pasado desapercibido para Derem. La publicista ve como una simple asistente se ha convertido en la mano derecha del jefe, que parece sentir por ella algo más que una amistad. No piensa permitirlo. Derem lleva años intentando conquistarle y no va a dejar que Sanem le arrebate lo que ella considera suyo. Movida por los celos, inicia una campaña contra la joven y empieza por menospreciar su trabajo. Lo que no se imagina Derem es que Can va a descubrirla y la pondrá en evidencia delante de todos los empleados.