Así es Kucca Gotor, hermana de Pocholo Martínez-Bordiú: de diseñadora de moda a lotera

Esperanza Martínez-Bordiú y Bassó de Roviralta escogió Kucca Gotor como nombre artístico
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Nacida en el seno de una ilustre familia, no siempre es sencillo estar a la altura de lo que se espera de uno, sobre todo cuando se es un espíritu libre, como es el caso de Pocholo Martínez Bordiú. Durante mucho tiempo, las aventuras y desventuras de Pocholo eclipsaron todo lo relacionado con su hermana, Kucca Gotor, por lo que no es raro que mucha gente llegara a perderle la pista.
La vida da muchas vueltas y Kucca es un buen ejemplo de esto. La hermana de Pocholo ha sabido reinventarse y, aunque ha pasado de ser una destacada diseñadora de moda, una de las más relevantes durante los años 90, a regentar su propia administración de lotería, parece que con este trabajo ha conseguido encontrar otra profesión que también le hace feliz.
Ahora, desde septiembre de 2022, es fácil saber dónde está y a qué se dedica, por lo menos en ‘temporada alta’; ella misma se encarga junto con sus compañeras de vender los boletos y repartir suerte, algo de lo que hablaba en una entrevista para la revista Hola.
Kucca Gotor, hermana de Pocholo Martínez-Bordiú, de diseñadora de moda a lotera
Nacida como Esperanza Martínez-Bordiú y Bassó de Roviralta, Kucca Gotor fue el nombre artístico que escogió y que llevó por bandera durante el tiempo que triunfó en la moda, una época en la que toda la alta sociedad escogía sus diseños, llegando a convertirse en una de las diseñadoras más deseadas. Una profesión que llevó siempre con orgullo (llegó a vestir a las infantas), pero que tuvo que dejar durante el embarazo de su segunda hija.
Casada con José Villaseñor desde hace más de 20 años, la pareja tiene dos hijas. El segundo embarazo no fue nada sencillo para Kucca, “El médico me dijo que debía elegir, o moda o niña, que en la moda bien hecha se curra muchísimo. Luego, me han pasado un millón de cosas”, explicaba en en una entrevista. Entre esas cosas, un duro diagnóstico que casi acaba con su vida.
En 2013 le diagnosticaron un cáncer en el pecho, la misma enfermedad que había acabado con la muerte de su madre, sus hijas tenían seis y nueve años y el médico le dio tres meses de vida, pero ella supo afrontar el trance de la mejor de las maneras. “Le respondí al médico: ‘Ahora me viene fatal morirme’. Pasé tres años luchando, muy duros. Gracias a Dios, di con el doctor Román y me dio un tratamiento experimental. De ahí para arriba. Es verdad que salí tocada, pero me recuperé”.
Desde ese momento, volver a la moda no fue una opción, pero sí seguir trabajando, pasó por el mundo de la restauración, haciéndose cargo de varios restaurantes, pero después supo cómo funcionaba el mundo de las loterías y acabó completamente seducida. A pesar de algunos problemas iniciales (se encontró con una deuda de 36.000 euros), pudo salir adelante y ahora es feliz trabajando en una administración de la que es propietaria. “Tanto en la moda como ahora, siempre he hecho lo mismo: dar ilusión, esperanza y fantasía”.