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Rafa Nadal y Mery Perelló se estrenaban en la paternidad la tarde del pasado sábado 8 de octubre. Después de meses de espera, preocupación e incertidumbre por el reciente ingreso hospitalario de la mamá en una clínica privada de Palma de Mallorca, el tenista y su esposa han dado la bienvenida a su bebé.
La pareja cumplía así uno de sus mayores deseos: ser padres. Contrajeron matrimonio el 19 de octubre de 2019 en Sa Fortaleza, un castillo del siglo XVII situado en Pollensa, al que acudieron los reyes Juan Carlos y Sofía. A partir de entonces, no ocultaron su ilusión por formar su propia familia. "Si vienen niños, habrá un cambio. Es algo que probablemente sucederá en el futuro, porque ambos lo queremos", reconoció el mallorquín en CNN a principios del pasado año.
Pese a que se especulaba con la posibilidad de que el nuevo miembro del clan se llamaría Sebastián, siguiendo la tradición familiar, parece que finalmente se han decantado por el nombre del padre, según adelantaba la agencia EFE.
Hay muchos nombres que perduran y no desaparecen a pesar del paso del tiempo. Rafael es uno de ellos. Tiene su origen en el idioma hebreo (su traducción es 'Dios ha sanado’), por lo que su significado tiene una gran vinculación con la iglesia, donde se le otorga cualidades como el poder, la inteligencia y la nobleza.
El niño ha llegado después de tres años de matrimonio y dos décadas de noviazgo de Nadal y Perelló, que siempre han blindado todo lo relacionado a su vida privada. Después de conocerse la llegada al mundo del pequeño, se registraba más movimiento del habitual en los alrededores de la clínica, incluso una pareja salía del centro y confirmaba que habían coincidido con el mediático matrimonio en el interior justo antes de que ella diera a luz.
El ganador de 22 Grand Slams no se habría separado de su esposa durante el parto. Nadal ha estado muy pendiente de la salud de su mujer e hijo, que han estado bajo observación médica y reposo durante las últimas semanas. Un momento delicado del que habló el propio deportista durante el Open de EE.UU. “Necesito volver a casa. Tengo cosas más importantes que el tenis que atender. Ahora es momento de tener mi primer hijo y confiar que todo salga bien”, confesaba el mallorquín, que podía seguir con sus torneos gracias a que su mujer estaba muy arropada por su entorno.