El hecho de que estemos hablando del único hijo de Cayetano Rivera y Eva González no implica que merezca una exposición diferente al del resto de los mortales. Esta decisión la tuvieron clara ambos padres cuando se convirtieron en padres hace ya cuatro años. Cuando salieron del hospital con el recién nacido en brazos y reivindicaron aquel famoso "ni Cayetanito ni Cayetano Jr, se llama Cayetano", la pareja hizo una declaración de intenciones sobre el tratamiento que querían por parte de la prensa cuando se hablase del menor. Y en esta línea se han mantenido hasta hoy.
No existe ninguna exclusiva en la que hayan querido mostrarnos al niño. Es casi imposible encontrar una foto en sus respectivos perfiles de Instagram, donde Cayetano Rivera González está muy presente, en el que se vea lo suficiente su rostro como para que le reconozcan por la calle. Y como lo de mostrarle de espaldas ya está algo manido en sus redes, en su último posado familiar han apostado por una nueva estrategia para que no se vea su rostro.
En esta ocasión, en la que vemos cómo los tres posan muy sonrientes para celebrar el 45º cumpleaños del torero, es el propio niño el que se encarga de taparse la cara haciendo una divertida mueca a la cámara. Una prueba más de lo que se divirtieron en esta fecha tan importante para el torero, que pudo soplar las velas con motivo de este aniversario redondo a pesar de que la pandemia y sus consecuencias se lo haya puesto más difícil que otros años.
"Porque uno lo celebra cuándo quiere o cuando puede", ha escrito en esta publicación, donde rostros populares como Mario Vaquerizo, Ariadne Artiles, Paloma Cuevas o Vicky Martín Berrocal le han mostrado su cariño en masa. También su hija mayor, Lucía Rivera Romero, que ha reaccionado con el emoji de un corazón, demostrando que la relación con su padre continúa siendo buena.
Este constante debate sobre proteger a sus vástagos también lo tiene su hermano Fran Rivera, que precisamente hace unas horas se enfadaba con la prensa cuando le preguntaban por el nuevo novio de su hija Tana. Él les pedía protección, manifestaba la intención de la joven de mantenerse al margen del papel couché. Pero también expresaba con hartazgo que tenía claro que esto no cambiaría, algo que ya comprobó él en su infancia como 'hijo de', en su caso de otros dos grandes nombres del corazón como fueron Paquirri y Carmina Ordóñez.