Jorge Sanz, sobre su papel como abuelo: "Soy muy consentidor"

Jorge Sanz está acostumbrado a ponerse en la piel de todo tipo de personajes. Sin embargo, desde hace unos meses, el actor, de cincuenta y dos años, interpreta el papel más emocionante de toda su trayectoria vital: el de abuelo de Vega. En agosto llegaba al mundo esta niña de la mano de su primogénita, Marta, y con la que inauguraría “la etapa más bonita” de su existencia.

El artista, que ha reconocido en más de una ocasión que no le "cabe más amor" después de pasar tiempo de calidad con la que es su primera nieta, ha expresado lo ilusionado que está al ejercer de abuelo. “Ahora me viene lo mejor de la vida. Soy abuelo, pero soy abuelo de todo, paso de ser el niño de los rodajes a ser el abuelo y no me he dado ni cuenta”, se le caía la baba al hablar de la pequeña con nuestros compañeros de Europa Press.

Entre ser un abuelo consentidor o exigente, Jorge se siente más identificado con lo primero, pero no solo con su nieta, también “como padre, como todo”. “Es lo que quiero, esta vida hay que disfrutarla. Con educación y con buenas maneras, pero hay que disfrutarla”, exponía su filosofía de vida Sanz, que desea que la familia continúe ampliándose: “Ahora a sumar, a acumular cada vez más”.

La compleja relación de Jorge Sanz y su hija Marta

La historia de Jorge Sanz y su hija Marta podría ser el argumento de una de las películas que protagoniza el actor. El madrileño ha explicado en numerosas ocasiones que fue durante el rodaje de ‘Los jinetes del alba’, un proyecto que dirigió Vicente Aranda, donde conoció a Isabel, su madre, una camarera que trabajaba en el hotel donde se hospedaba el equipo y que, tras una breve pero intenso romance, se quedó embarazada.

Fue un año después de este cruce de sus caminos cuando sucedió el reencuentro. Ella le hizo saber que estaba esperando una niña. Pero la situación sobrepasó al intérprete y en un impulso desapareció del mapa. Después trato de recuperar el contacto, incluso estaba dispuesto a someterse a una prueba de paternidad, pero la madre de Marta estaba en una nueva fase vital en la que Jorge no tenía cabida.

Sanz se enteró años más tarde que Isabel había pasado por el altar, que residía en el norte del país y que su pareja había reconocido a la niña como suya. Él lo comprendió, pero quiso ponerse en contacto con él para informarle de sus intenciones: “Es el amor de tu vida y has criado a una niña que es lo más maravilloso que hay en el mundo, pero es mi hija. Y cuando cumpla 18 años apareceré”. Y una semana después de que soplara las velas de su tarta de cumpleaños, cumplió su promesa.

Tan solo tres meses después de estrechar vínculos, la joven se fue a vivir con su padre biológico. Así han continuado hasta hace unos meses, cuando decidió volar del nido. “Me quiere con locura y yo la quiero con locura”, ha recuperado todo el tiempo perdido Jorge, que tiene dos hijos más: Merlín y Lope.