Lo que dice TMZ es lo siguiente. Según fuentes policiales, Kendall Jenner se encontraba comiendo en un restaurante de Los Ángeles junto a su chico, el jugador de baloncesto Ben Simmons. Allí tuvo un altercado con una mujer, que le acusó de permitir que su perro atacase a su hija, de la que aún se desconoce su edad. Fue entonces cuando se desató la polémica, con una llamada al servicio de emergencias que, por cierto, nunca apareció. Todo quedó en manos del centro de control de animales.
Fuentes contactadas por el medio antes mencionado aseguran que los trabajadores del local solo le tuvieron que dar hielo debido a la ausencia de mordeduras visibles en el brazo de la niña. Además, el entorno Kardashian confirma que tan solo se trató de una reacción impulsiva que provocó las lágrimas de la niña pero que nunca hubo contacto físico.
El klan Kardashian sabe muy bien lo que es defender a los suyos. Con Khloé Kardashian y la noticia de que su marido le había sido infiel días antes de convertirse en madre primeriza ya lo demostraron. Y ahora, cuando es Kendall la que necesita ayuda, ahí ha estado su hermana Kim para defenderla. Cuando salió a la luz el incidente, un usuario de Twitter acusó a la modelo de "despreciable, privilegiada, indolente, sádica, cruel y egocéntrico". La respuesta de la líder de la familia provocó que este tuit desapareciese de la faz de la red.
"¿Conoces a Kendall? ¡Es completamente lo contrario y la persona más generosa y compasiva que conozco! ¡Que ella sea distante es por la ansiedad que tiene, que la paraliza, algo que tú interpretas como grosero! Solo un ser humano despreciable, privilegiado, indolente, sádico, cruel y egocéntrico escribiría este tuit", contestó haciendo un guiño a las palabras del hater. Ante esta respuesta, Jenner también habló, con unas palabras mucho más pacifistas: "Siento haberte hecho sentir así. Espero conocerte algún día para enseñarte mi yo de verdad".