¿Qué hago si mi bebé no quiere el biberón tras la lactancia? Consejos para dar el paso sin frustración

  • Uno de los pasos más importantes de la lactancia será el destete.

  • Este proceso puede resultar complicado, sobre todo, si nos encontramos con que el bebé no quiere tomar biberón.

  • En estos casos será muy importante no darse por vencido y encontrar las herramientas adecuadas para conseguir el cambio de etapa.

La lactancia es uno de los momentos más especiales a los que se enfrentará tanto la madre como el bebé. Pero también podrá ser que nos encontremos con diversas complicaciones que harán que este camino sea delicado y que lleguemos a pensar hasta en abandonar. Con todo, en la mayoría de los casos, y viéndolo con cierta perspectiva, será una experiencia de lo más enriquecedora, tanto para la mujer como para su pequeño.

Eso sí, habrá un momento en el que la teta dé paso al biberón. Este cambio puede no resultar sencillo, ya que el bebé, en un primer momento, podría rechazarlo. Así, esta negativa por parte del pequeño puede derivar en frustración por parte de los padres, que no sabrán qué hacer para que el bebé tome del biberón. ¿Qué se podrá hacer en estos casos?

Hacer el cambio de forma progresiva

Destetar al pequeño por completo puede generar ciertos inconvenientes. Lo mejor será alternar la lactancia con el uso del biberón para que reciba los nutrientes esenciales que le proporciona la leche materna y, también, se haga a este nuevo utensilio que pasará a formar parte de su vida. Además, si se ha tomado la decisión de agregar leche de fórmula a su dieta, lo mejor será hacerlo de forma progresiva para que se habitúe y se minimicen las posibilidades de rechazo.

Por supuesto, será muy importante que estos cambios en la alimentación estén bajo la supervisión de un especialista. Él será el encargado de indicar cuál es la fórmula adecuada y será capaz de evaluar las reacciones que se puedan presentar.

En la mayoría de casos, los recién nacidos y los bebés disfrutan y demandan contacto físico con su madre y al no tenerlo, suelen comenzar a llorar y a estresarse. Esta cercanía hará que se sientan más protegidos y seguros y, por eso, al añadir cualquier cambio, como puede ser el biberón, podrá ser que sientan algún tipo de rechazo.

Dar al bebé libertad de descubrimiento

Introducir el biberón en un bebé que nunca lo ha usado será complicado y es que, tanto la textura como la técnica de succión, será muy diferente a lo que está familiarizado, por lo que esta animadversión será totalmente normal. También, la modificación de su dieta de leche materna a una de fórmula será un factor muy importante en la probabilidad de repulsión del pequeño por el biberón. Así, algunos factores, como el sabor, la textura o, incluso el modo en el que reacciona el cuerpo, puede que no sea del todo de su agrado.

Para facilitar la transición será importante que el pequeño tenga libertad de descubrimiento: que descubra el biberón, que lo coja con las manos y que muerda la tetina. Esta introducción facilitará su adaptación. Además, será importante que los primeros biberones sean de leche materna, a la que ya está acostumbrado el pequeño. También, al alimentarlo habrá que abrazarlo y envolverlo con una prenda que conserva el olor de la madre, ya que así se sentirá más refugiado y protegido.

Convertir la hora de comer en un momento relajante

Otra opción será hablarle con un tono más bajo y de manera cariñosa para que se sienta cómodo. También, será esencial tener al pequeño en una buena postura y realizando unos movimientos suaves hacia delante y hacia atrás, lo que convertirá la hora de la comida en un momento más que relajante. Así, poco a poco, se iniciará una buena asociación con el biberón.

Controlar la temperatura del biberón

Un buen método para acelerar este proceso de adaptación será el de colocar la tetina cerca de su boca para que se la lleve cuando quiera, sin necesidad de forzar la situación. También, la temperatura será muy importante, ya que la leche no debería estar ni muy fría ni muy caliente. Un buen truco será refrescar la tetina con un poco de agua y, así, se podrá conseguir que el contraste con la temperatura del alimento sea más agradable.

Paciencia

Y sobre todo, será esencial no caer en la frustración y tener paciencia, ya que sí que es cierto que se podrán producir ciertos altibajos anímicos pero no habrá que desistir.