Halitosis en niños, un problema común transitorio o provocado por otra complicación: causas y tratamiento

  • La halitosis es un problema muy común en adultos que también lo padecen los niños.

  • Será muy importante encontrar solución, ya que la halitosis podrá ser transitoria o estar provocada por otra complicación mayor.

  • La halitosis puede darse por la utilización de aparatos dentales o por alguna infección en la boca.

La halitosis es un problema muy común, tanto en adultos como jóvenes o niños. Entre los más pequeños, esta complicación puede ser síntoma de que algo no está del todo bien, por eso, lo mejor será llevar al niño a un profesional para que valore su caso y explique qué es lo que está sucediendo. Sí que es cierto que la mayoría de casos de halitosis tienen su origen en la propia cavidad bucal, aunque también puede estar provocada por otras condiciones. En los niños, por lo general, suele estar relacionado con el uso de aparatos dentales como la ortodoncia o la falta de limpieza bucal.

Por tanto, será importantísimo saber por qué se está produciendo esta complicación entre los más pequeños, para poner solución a tiempo. Como ya hemos comentado, las causas podrán ser variadas y, desde la infancia, habrá que inculcar a los más pequeños la importancia de cuidar los dientes y las encías a diario. Desde los primeros meses de vida habrá que llevar a cabo una rutina de higiene oral en casa que facilitará que ellos mismos la mantengan a medida que van creciendo.

Las causas de la halitosis

Hay que tener en cuenta que la falta de limpieza bucal es la principal causa de muchas enfermedades orales, como puede ser la halitosis. Por tanto, esta complicación puede estar provocada por no lavarse los dientes después de cada comida y, por tanto, por no mantener una salud oral óptima. Al hacerlo, además de eliminar los restos de comida que quedan alojados en los dientes, también se evitarán los malos olores.

Además, si hay una continua presencia de agentes patógenos en la cavidad oral se podrá formar una placa bacteriana, donde se alojarán las bacterias, y a medida que van proliferando, estos microorganismos desprenderán malos olores. Con el paso del tiempo, esta placa se solidifica formando un cálculo o sarro dental que no será posible retirar mediante un cepillado en casa y habrá que acudir a un higienista.

También, como ya hemos comentado, este mal aliento podrá estar provocado por los tratamientos de ortodoncia. Será frecuente encontrarnos con niños que llevan aparatos de ortodoncia infantil, ya que a esas edades será cuando resulte más fácil corregir las maloclusiones. Dependiendo del problema que presente se recomendarán aparatos fijos o removibles. Los primeros, como los Brackets, necesitarán un especial cuidado, ya que podrán romperse o generar roces indeseados en la boca.

Además, se trata de un sistema que interfiere con la higiene oral diaria y propicia la acumulación de alimentos en sus recovecos. Para asegurarse que el niño que lleva aparato no tenga mal aliento será importante enseñarle a usar otros elementos auxiliares, como el cepillo interdental o el irrigador. En el caso de que lleve un aparato removible, habrá que inculcarle la importancia de mantenerlo siempre bien higienizado. Será necesario limpiarlo cada vez que se retira de la boca y guardarlo siempre en su caja, evitando, de esta manera, que coja malos olores.

También, la halitosis puede estar provocada por enfermedades orales que están provocadas por bacterias. En concreto, tener caries dentales o enfermedades periodentales, como la gingivitis y la periodontitis, implican una halitosis continua. Se trata de afecciones que el niño no podrá revertir por sí mismo en casa y, por eso, las rutinas de higiene no serán suficientes para acabar con el problema.

Por tanto, será de vital importancia la intervención de un odontopediatra que abordará las caries infantiles o la enfermedad periodontal. También, se puede dar la halitosis transitoria, que se produce de manera puntual y que no se extiende en el tiempo. Además, suele solucionarse a través de la segregación natural de saliva o si nos cepillamos los dientes. Un ejemplo será cuando se tiene sequedad bucal o si se ha comido algún alimento con un fuerte olor.

Cómo solucionar esta afección

Para solucionar el mal olor, lo mejor será limpiar bien la boca del pequeño, aunque tenga solamente unos meses de vida. Además, las rutinas de higiene serán diferentes según la edad y, por eso, en sus primeros meses lo más recomendable será pasar una gasa suave por sus encías después de tomar el pecho o el biberón. Además, conforme le vayan saliendo los primeros dientes habrá que utilizar un cepillo y, una vez que ya sea más mayor, podremos animarle a que use pasta de dientes.

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