Joaquín Cortés y su novia, Mónica Moreno, daban la bienvenida a Andrea, su segundo hijo, el pasado mes de febrero. El coreógrafo, muy feliz y emocionado con su nacimiento, aseguraba públicamente que este bebé era “la alegría de nuestras vidas junto a su hermanito”, Romeo, que estrenó en la paternidad a la pareja dos años y medio atrás. Una felicidad que se vio emborronada cuando el pequeño de la casa tuvo que ser ingresado al contagiarse de un virus “más peligroso que el COVID”. Ahora, con el recién nacido recuperado en casa, la azafata, mucho más tranquila e igual de activa en redes, ha contado su experiencia con la lactancia materna exclusiva.
Mónica reflexionaba sobre este asunto después de que una señora mayor se acercara a ella para alabar que no tuviera miedo a dar el pecho en la calle tras haber sufrido ella una mala experiencia años atrás. “Por lo visto, estaba ella con su hija y su nieto en la terraza de unos grandes almacenes. Y la hija dando el pecho tan tranquila. De pronto, se les acerca un matrimonio y empiezan a gritarla diciéndole que era una vergüenza hacer ‘eso’ en público”. Tal fue la intensidad de esta discusión que aquella madre se sintió tan humillada y avergonzada por los hechos que “se cargó la lactancia de su único hijo de por vida”.
Moreno admitía que dar el pecho a su primer hijo fue bastante complicado por el desconocimiento que suele haber entre las madres primerizas. “Era duro y se pasa mal, pero por desinformación. En realidad todo te desborda con el primer hijo, los sentimientos son inmensos y no todos positivos, la responsabilidad, los miedos e inseguridades”. Ella admite que no sabía que dolía tanto los primeros días, que si no se retira la leche del pecho puede provocar infecciones e incluso no tenía ni idea del pudor que se siente al inicio. “Estas y muchas otras cosas que logré ir superando y aprendiendo”, señala ahora desde la tranquilidad que le ha dado la experiencia.
“Con el segundo se disfruta infinitamente más. Todos esos miedos ya los conoces”, reconoce la novia del bailaor, que está a punto de concluir este proceso con Romeo. “Por ello y por muchos otros motivos, la lactancia tendría que estar más respetada. Ni la mujer tiene la obligación de hacerla, ni debe ponerse un placo, que cada uno haga lo que quiera, lo que sienta y que se deje llevar”, lanzaba este alego y rogaba que se naturalizara este acto. “Es bastante complicado y duro para que todavía existan personas como las de la historia que os conté ayer. […] Yo camino por la cache con el bebé en el pecho tan tranquila, me da igual lo que piensen, no estoy cometiendo ningún delito. Así que, por favor, normalicemos lo más natural del mundo: un bebé y una mamá”.